Un equipo de científicos presentó la primera mano protésica controlada a través de un sistema magnético, que permite realizar movimientos complejos y ajustar la fuerza aplicada al sujetar objetos delicados, todo mediante el control mental.
El estudio, llevado a cabo por la Escuela Superior Sant’Anna de Pisa (Italia) y publicado en Science Robotics, detalla que esta innovadora prótesis no requiere de cables ni conexiones eléctricas.
Su funcionamiento se basa únicamente en el uso de imanes y los músculos residuales del paciente, lo que permite acciones cotidianas como abrir un frasco o usar herramientas con precisión.
La clave del desarrollo radica en una nueva interfaz que conecta el brazo amputado con la prótesis, descodificando las intenciones motoras de la persona.
Pequeños imanes, implantados en los músculos residuales del brazo, responden a las contracciones musculares para dirigir los movimientos de los dedos, facilitando la apertura y cierre de la mano robótica.
Durante seis semanas, Daniel, un voluntario de 34 años que perdió su mano izquierda en 2022, probó la prótesis. El dispositivo le permitió recuperar sensaciones y emociones asociadas con el uso de una mano, comentó. Los investigadores seleccionaron a Daniel porque aún experimentaba la sensación de tener su mano y sus músculos respondían a sus impulsos de movimiento.
Christian Cipriani, autor principal del estudio, explicó que el equipo mapeó los movimientos residuales del brazo de Daniel y los tradujo en señales que controlan la mano robótica. El sistema aprovecha el campo magnético natural de los imanes implantados, que al moverse con las contracciones musculares, son interpretados por un algoritmo que transforma esos cambios en órdenes precisas.
La intervención quirúrgica para implantar los imanes se realizó el año pasado, requiriendo que los cirujanos localizaran e identificaran cada músculo específico del brazo para asegurar una correcta orientación del campo magnético.
Los resultados fueron notables. Daniel pudo realizar tareas cotidianas como abrir tarros, usar un destornillador o cortar alimentos, además de ajustar la fuerza al manipular objetos frágiles. Según Cipriani, el equipo ya está trabajando en la adaptación de este sistema para otros tipos de amputaciones.