La alianza entre Microsoft y OpenAI, dos actores clave en el desarrollo de inteligencia artificial, atraviesa una etapa de tensión mientras ambas compañías negocian los términos de su asociación en medio de intereses divergentes por el control de esta tecnología.
Microsoft ha destinado 13,000 millones de dólares a OpenAI desde 2019, pero no posee acciones directas de la empresa. Su modelo de participación se basa en un acuerdo que le otorga parte de las futuras ganancias. Sin embargo, esta estructura está siendo renegociada, ya que OpenAI busca transformarse formalmente en una empresa con fines de lucro para atraer nuevos inversionistas y eventualmente salir a bolsa.
Esa reestructuración depende del visto bueno de Microsoft, cuya aprobación es esencial para que OpenAI pueda concretar una inyección de capital valorada en 30,000 millones de dólares, liderada por el grupo japonés SoftBank.
Medios como The Wall Street Journal reportan que las negociaciones han sido complejas y que algunos ejecutivos de OpenAI incluso consideran acusar a Microsoft de prácticas anticompetitivas como una posible táctica de presión. Esta estrategia, sin embargo, podría aumentar el escrutinio regulatorio sobre la propia OpenAI.
Según fuentes cercanas al proceso, Microsoft estaría exigiendo una participación mayor a la que OpenAI está dispuesta a ceder. En respuesta, OpenAI propondría que Microsoft renuncie a sus derechos sobre ganancias futuras a cambio de una participación del 33% en la nueva estructura empresarial.
Otro foco de conflicto es el acceso de Microsoft a la tecnología de Windsurf, una startup de programación adquirida recientemente por OpenAI. Un acuerdo previo entre ambas partes estipula que Microsoft tiene acceso a toda la propiedad intelectual de OpenAI, incluyendo la que obtenga por medio de adquisiciones. No obstante, OpenAI sugiere que excluir a Windsurf podría evitar complicaciones legales, ya que Microsoft es propietaria de GitHub, un servicio competidor.
Aunque mantienen una relación estratégica, ambas compañías también compiten directamente en el desarrollo de modelos de IA y en la carrera por alcanzar una inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés), considerada el siguiente gran hito tecnológico.
Microsoft ha fortalecido su equipo con figuras de alto perfil y ha expandido su catálogo de modelos de IA más allá de OpenAI, integrando soluciones de Grok y xAI a través de Azure. OpenAI, por su parte, ha diversificado su infraestructura de cómputo, alejándose del monopolio de Azure mediante alianzas con Oracle, SoftBank y más recientemente con Google Cloud.
