Durante el primer semestre de 2021, los ciberdelincuentes lanzaron casi 5.4 millones de ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS), lo que significa un aumento del 11% en comparación con el mismo periodo de 2020.
Más de la mitad (2.8 millones) de los ataques utilizaron sistemas informáticos comprometidos, o en otras palabras, redes de bots, como fuentes de tráfico de ataque, según un informe de Netscout.
Una denegación de servicio distribuida (DDoS) es un ciberataque común que tiene como objetivo hacer que un servicio en línea no esté disponible al provocar una saturación de tráfico de Internet.
Para realizar un ataque DDoS, los piratas informáticos infectan varios dispositivos, los convierten en bots y los dirigen a una dirección IP específica.
El sitio web o servicio de destino ya no puede aceptar solicitudes válidas de visitantes reales, ya que se ve inundado de tráfico pesado proveniente de solicitudes fraudulentas.
Los ataques DDoS fueron muy frecuentes en todo el mundo durante la primera mitad del año. Sin embargo, algunas regiones se vieron más afectadas que otras.
Europa, Oriente Medio y África (EMEA) obtuvieron la mayor proporción de ataques DDoS. Un poco más de 2 millones de ataques se dirigieron a personas y organizaciones en las regiones, con una duración promedio de 47 minutos por ataque (un promedio global es de 50 minutos por ataque).
Otras regiones afectadas incluyen América del Norte, con 1.3 millones de ataques; Asia-Pacífico, con 1.2 millones de ataques; y América Latina, con 555,039 ataques DDoS en el primer semestre de 2021.