El secretario general de la CGT, uno de los principales sindicatos franceses, Bernard Thibault, criticó el martes la exigencia de objetivos «inalcanzables» a que están sometidos los trabajadores en France Telecom, donde ya son 24 los empleados que se suicidaron.
«Lo que está en tela de juicio en France Telecom, como en muchas empresas, es la forma en que se relaciona el trabajo y el asalariado, al que se le piden objetivos cada vez más inalcanzables», declaró Thibault a la radio privada francesa RMC y al canal de televisión de información continua BFM.
Explicó que otra «pesada tendencia» de los últimos años consiste en «individualizar las situaciones en el trabajo y los objetivos» lo que hacen que el «trabajador esté cada vez más solo», deploró el sindicalista.
«Cada uno está solo frente a sus obligaciones» y «puede ser sancionado si se le dice que si no logra los objetivos que se le asignaron, es por su culpa», continuó Thibault.
«Están haciendo culpabilizar» a los asalariados, lamentó, antes de denunciar «una forma de organización colectiva del trabajo basada principalmente en la búsqueda inmediata de ganancias».
Tras ese nuevo suicidio, el presidente de France Telecom Didier Lombard, anunció la «suspensión inmediata de los objetivos individuales» en ese centro de trabajo.
La oposición socialista y comunista pidieron el martes la renuncia de Lombard al considerar que es «la única salida posible» a la situación actual pues tanto los sindicatos como las familiclamaron la formación de una comisión de investigación parlamentaria.
Un empleado de 51 años, que trabajaba en una central telefónica en Annecy (este), se lanzó el lunes desde un viaducto que daba a una autopista y en una carta que dejó a su esposa, explicó que su decisión se debía al «ambiente» reinante en su trabajo.
Con él, ascienden a 24 los trabajadores de France Telecom que pusieron fin a sus días desde febrero del 2008.
France Telecom emplea a unos 100,000 trabajadores. El Estado francés es el accionista principal con el 26.7%. La empresa fue privatizada en 1997.
Fuente: El Economista, México
