Hace 80 años, IBM presentó la primera computadora electromecánica de Estados Unidos, conocida como Harvard Mark I.
Esta máquina de cinco toneladas fue fundamental al cambiar la definición de la palabra ‘computadora’, de referirse a una persona que realizaba cálculos matemáticos a designar a esta nueva tecnología.
La Mark I, también llamada Calculadora Automática de Secuencia Controlada (ASCC), medía más de 50 metros de largo y casi 2.5 metros de alto. Su diseño aerodinámico la hacía imponente, aunque su período de operación fue corto, siendo retirada en 1959.
El Museo Computer History destaca que la Mark I combinaba tecnología de tarjetas perforadas con electrónica básica, y quedó obsoleta poco después de ser completada.
Un artículo de 1950 en la revista Time calificaba a esta máquina de 750,000 piezas como lenta en comparación con modelos posteriores como la Mark III, aunque la consideraba una progenitora crucial, una especie de Eva mecánica.
Diseñada en 1937 por Howard H. Aiken, un estudiante de posgrado de Harvard, la Mark I fue creada para abordar problemas avanzados de física matemática en su investigación. Aiken presentó su idea a varios fabricantes y llegó a un acuerdo con el presidente de IBM, Thomas J. Watson.
Para su inauguración, IBM había invertido aproximadamente 200,000 dólares en el proyecto y donó 100,000 dólares adicionales a Harvard para cubrir los costos operativos del ASCC.
Durante el período de la Segunda Guerra Mundial, la Mark I, entregada a Harvard en 1944, fue utilizada por la Oficina de Buques de la Armada de Estados Unidos para fines militares. La máquina resolvía problemas matemáticos que anteriormente requerían grandes equipos de computadoras humanas.
Cuando la Mark I se instaló en Cambridge en 1944, se le conocía como la ‘calculadora de Harvard’, según la universidad. Hasta 1945, el término ‘computadora’ se usaba para describir a una persona que realizaba cálculos matemáticos para proyectos a gran escala.
La llegada de máquinas como la Mark I llevó a la necesidad de un nuevo término para describir estos dispositivos, lo que provocó que el concepto de ‘computadora’ pasara a referirse a las máquinas en lugar de a las personas.
La Mark I se empleó en numerosos proyectos militares para calcular extensas tablas matemáticas. Su función principal era apoyar a la Marina de EU en la creación de tablas para el diseño de torpedos y sistemas de detección submarina.
Otras ramas del ejército también utilizaron la Mark I para calcular el diseño de lentes de cámaras de vigilancia, radares y dispositivos de implosión para la bomba atómica en el Proyecto Manhattan, según Harvard.