En materia de tecnologías de la información, la virtualización sigue poniendo las reglas del juego. El uso de una nube – pública, privada o híbrida – abrió la brecha hacia una nueva forma de optimizar, agilizar y asegurar las enormes cantidades de datos que se operan en todo el mundo. La nube como tendencia ha tenido una de las mejores aceptaciones en materia de modernidad, ya que cualquier centro de datos que hoy por hoy quiera dar la pelea con tecnología de punta debe echar mano de este recurso.
Sin embargo, la nube no lo es todo. Es por eso que proveedores de Tecnologías de la Información (TI) además de ofrecer la virtualización (que por sí sola ya representa un gran avance para muchas empresas) y computación en la nube, están expandiendo una propuesta más amplia a una mayor cantidad de sectores y procesos, que inevitablemente representa mayores ventajas respecto al costo-beneficio.
¿Y cómo lo están haciendo? Llevando la virtualización un paso más allá con el centro de datos definido por software (SDDC, por sus siglas en inglés), es decir, haciendo que cualquier servicio sea tan sencillo y económico de aprovisionar y administrar que la apuesta no sólo resulta tentadora, sino que es la puerta hacia una nueva era en TI.
¿Qué es SDDC?
Si a estas alturas la gran mayoría de las empresas tienen claro lo que es la nube, saber qué es un centro de datos definido por software tendría que ser un paso natural en el camino hacia una mayor inteligencia en términos de TI, pues se trata de una arquitectura y de una infraestructura completamente virtualizada, que posibilita separar, crear depósitos de recursos compartidos y automatizar todos los recursos y servicios del centro de datos.
Este nuevo centro de datos acelera y simplifica el aprovisionamiento inicial y la administración permanente de los recursos completamente virtualizados de procesamiento, almacenamiento y redes, por medio de una automatización tan efectiva como el común de las nubes utilizadas en la industria.
Y la gran diferencia respecto a la nube está en los niveles de transformación, pues el SDDC es más ágil, lo que se traduce en una mejor experiencia para el usuario, ya que cuenta con una mejor capacidad de elección, tiene el control absoluto de la operación y recibe altos niveles de eficiencia en términos de ahorro, seguridad y confiabilidad.
Tomás Valles, ingeniero de Sistemas Staff de VMware México y Latinoamérica Norte, explica que «un robusto centro de datos definido por software debe estar constituido por la virtualización del procesamiento, la virtualización de las redes y el almacenamiento definido por el software, componentes que suministran separación, creación de depósitos de recursos compartidos y automatización de la infraestructura de procesamiento, de redes y de almacenamiento».
Todo esto se traduce en que al contar con un SDDC, las organizaciones tienen una total administración automatizada y basada en las políticas de las aplicaciones y los servicios del centro de datos, es decir, un software más inteligente, más personalizado y no toda la infraestructura de un hardware tan rígido.
Y es por eso que no representa una competencia para proveedores de redes, de almacenamiento o algún otro tipo de hardware especializado. Al contrario, representa un nuevo paradigma en virtualización, pero ya no como un producto simplemente, sino como la construcción de un nuevo centro de datos.
Los números de la virtualización
De acuerdo con la consultora Select, en México, la adopción de soluciones como la nube ha sido constante, pues alrededor del 43% de las pequeñas y medianas empresas ya tiene parte de su información en la nube, y esto se traduce en una inversión calculada de más de 543 millones de pesos, distribuidos en 58% infraestructura, 24% plataforma y 19% aplicaciones, siendo el paso natural implementar el SDDC. Por su parte, la consultora Gartner destaca que en 2014 el 80% del tráfico de red será entre servidores.
Principales ventajas
- Aspectos financieros del proveedor de servicios de computación en nube dentro de su centro de datos: SDDC ofrece nuevos niveles de utilización de la infraestructura y productividad del personal, lo que reduce sustancialmente los gastos operacionales y de capital.
- Aplicaciones a la velocidad del negocio: la implementación de aplicaciones ocurre en minutos o hasta en segundos mediante el aprovisionamiento regido por políticas que adapta de manera dinámica los recursos a los cambios continuos en las cargas de trabajo y las exigencias del negocio.
- Mayor control de entornos específicos de clientes: a través de la disponibilidad, la seguridad y el cumplimiento normativo adecuados para cada aplicación por medio de la continuidad del negocio automatizada, se puede gobernar gracias a las políticas y la virtualización que reconoce la seguridad y el cumplimiento normativo.
- Capacidad de ejecutar aplicaciones nuevas y existentes en plataformas heterogéneas: finalmente, la arquitectura SDDC se puede aprovechar para nubes públicas, privadas o híbridas, ya que la infraestructura está completamente separada de las aplicaciones, de modo que puedan ejecutarse en múltiples plataformas.
“Creemos que el cambio al SDDC puede crear oportunidades similares para los proveedores de almacenamiento, redes, computación, seguridad y aplicaciones como las que los fabricantes de servidores experimentaron en los diez últimos años. Es así como la virtualización es solo el inicio de la nueva eficiencia digital y tecnológica en las empresas”, afirmó Tomás Valles.
