Generar condiciones para incrementar la inversión en telecomunicaciones. Esa es la consigna para cerrar la brecha digital en el acceso a Internet en América Latina al 2020, respecto de los principales países europeos.
Así lo confirma un estudio de la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (AHCIET) y Convergencia Research. El informe ‘Latinoamérica: Desafío 2020 estima que para alcanzar los objetivos de penetración de banda ancha fija y móvil se deberán invertir en telecomunicaciones 44,378 millones de dólares promedio anual hasta 2020, lo que supone un 10% más que lo que invertiría la industria siguiendo su ritmo histórico de crecimiento en accesos, pasando de dedicarse en la región 40 dólares por habitante en el quinquenio 2007-2011, a 66 dólares por habitante.
El desafío que significan las inversiones necesarias para cerrar la brecha es un proceso que debe ser acompañado por una serie de condiciones como: un marco regulatorio estable y propicio; seguridad jurídica y un clima de confianza que promueva la cooperación público-privada; niveles tributarios simples y moderados; medidas que faciliten el despliegue de infraestructura como las tendentes a la reducción de costos; normas de antenas adecuadas; simplificación de permisos; facilidades para el uso de medios e infraestructuras públicas; derechos de paso y, sobre todo, un horizonte planificado, previsible y razonable de asignaciones de espectro, costos y requisitos, puesto que el principal cierre de brecha digital en América latina se lograría mediante la banda ancha móvil.
El incremento de la inversión se debe al efecto que implica acelerar las tasas de crecimiento. En términos de inversión en infraestructura de telecomunicaciones como porcentaje del PBI el promedio para el quinquenio 2007-2011 fue de 0.60%, y debería aumentar al 0.71% hasta 2020.
El estudio estableció como comparable un conjunto de 25 países europeos proyectando sus niveles de penetración de banda ancha fija cada 100 hogares y banda ancha móvil cada 100 habitantes, para desde ahí analizar en función del contexto de 11 países latinoamericanos el camino para alcanzar la ‘Brecha 0’ con Europa-25, o en su defecto reducirla hasta el mínimo posible.
En base a los objetivos de accesos propuestos por «El Desafío AHCIET 2020», las conclusiones del estudio indican que la mayor parte de los países analizados estaría muy cerca de cerrar la brecha de accesos de banda ancha móvil con respecto a Europa en 2020 o en una fecha posterior cercana. En banda ancha fija la convergencia hacia «Brecha 0» con Europa tiene diferentes grados de dificultad dependiendo del país.
Uruguay y Argentina lograrían «Brecha 0» de accesos de banda ancha fija y móvil con Europa-25 en 2020. Chile y Brasil la alcanzarían en acceso de banda móvil y lograrían mejoras sustanciales en la penetración de banda ancha fija. México, Colombia y Venezuela casi cerrarán la brecha de banda ancha móvil pero conservarán un déficit en banda ancha fija. Perú y Ecuador podrían reducir a un 30% de gap con Europa su penetración de banda ancha móvil. Perú podría llevar su brecha de penetración de banda ancha fija de más del 100% actual al 50% y Ecuador del 80% al 30% de distancia con Europa. Para Bolivia y Paraguay será más complejo reducir la brecha de accesos de banda ancha fija, sin embargo lograrán disminuir ampliamente la brecha de banda ancha móvil y seguramente será esta plataforma tecnológica la que también permita conectar los hogares.
Las inversiones necesarias para lograr las reducciones de brecha de accesos planteadas por el estudio son un desafío y a su vez una oportunidad histórica. “Aprovechar esta oportunidad de cierre de la brecha digital sólo será posible si se coordinan los esfuerzos de las empresas y los gobiernos, asumiendo cada uno distintos roles. Las empresas (sean privadas o estatales) invirtiendo e innovando y los gobiernos definiendo el marco regulatorio, los estímulos a al ecosistema digital y al despliegue de infraestructura”, afirma Pablo Bello, Secretario General de AHCIET.
Se espera que los datos de este estudio sirvan para una agenda compartida entre el sector público y el privado, que permita debatir las formas para lograr el desafío de reducción de brecha digital que garanticen la sustentabilidad mediante marcos regulatorios que permitan estructuras de mercado que promuevan empresas económica y financieramente sólidas, capaces de proporcionar más y mejor conectividad a mayor número de personas, tanto en el corto como en el largo plazo.