La industria de los drones pronostica un gran futuro en el mercado, ya que se generarían en 2050 unos 150,000 empleos.
Según previsiones que difunden instituciones de la Unión Europea, para los próximos años, bien podríamos incluir la profesión de piloto de drones entre las de mayor proyección.
No sería extraño que se estuvieran reclutando jóvenes para misiones de los e-sports. Solo en España ya hay registradas más de 3,000 empresas especializadas en esta tecnología.
Estas compañías ofrecen servicios como fumigación de campos con cuadricópteros, exacópteros, helicópteros, que pueden ser terrestres o acuáticos.
Ya sea en el campo militar o de usos recreativos, todos empezamos a hablar de drones. Compañías de muy distintos sectores los están utilizando en diferentes misiones.
Tal es el caso de empresas energéticas españolas como Endesa o Iberdrola, que los emplean para revisar sus molinos de viento y otras instalaciones desde el aire; Repsol, los usa para acceder a lugares remotos de sus plantas petrolíferas e incluso para captar imágenes de zonas susceptibles de ser explotadas; Navantía los tiene en astilleros para revisar el estado de piezas inaccesibles para un operario; Maxam se sirve de unos modelos dotados con sensores para supervisar desde el aire cualquier tipo de voladura.
De entre los más de 70 escuelas o academias que han ofrecido en España formación de pilotaje de drones, U-tac, el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital, fueron de los primeros en ofrecer el curso ‘Experto en Pilotaje de Drones Profesionales’.
Un buen piloto de drones debería tener conocimientos de mecánica, aerodinámica, electrónica, comunicaciones y normativa aeronáutica, así como tener una buena orientación espacial, que se adquiere con horas de vuelo, en opinión de Julio Memba, de Alpha Unmanned Systems.