Durante tres días de la semana pasada, más de 100 ejecutivos, inversionistas de riesgo y funcionarios gubernamentales, todos especializados en inteligencia artificial, participaron en conversaciones sobre la carrera armamentista de la IA entre Estados Unidos y China.
Además, reflexionaron sobre el impacto de la amplia orden ejecutiva del presidente Joe Biden en la industria.
Durante la reunión, se abordó la posibilidad de que actores malintencionados utilicen la energía de la IA y se consideraron los posibles cambios tectónicos en la industria.
También se discutió el espectacular aumento de las capacidades y la adopción de la IA en el año transcurrido desde el lanzamiento de ChatGPT de OpenAI.
Alexander Wang, CEO y conocido como el ‘susurrador de la IA de Washington’, comentó: ‘El año pasado ha sido asombroso para cualquiera en el campo. Ha sucedido más en el último año que en los 10 años anteriores’.
A pesar de las discusiones sobre la posibilidad de que la IA avance hasta un punto en el que supere a los humanos y el debate sobre si la tecnología representa un riesgo existencial, el ambiente general fue optimista, aunque se reconoció que estas discusiones podrían generar hostilidades en las redes sociales.
Un panel de discusión se enfocó en la competencia entre Estados Unidos y China, con signos de preocupación por la postura de China hacia Taiwán, que es considerada la capital mundial de los semiconductores.
Otra charla profundizó en las complejidades de los chips y el hardware necesarios para impulsar la IA, mientras que un panelista analizó las dificultades de construir centros de datos lo suficientemente rápidos como para satisfacer las crecientes demandas de los clientes.
Un tercer panel examinó cómo las empresas pueden proteger sus modelos de IA más potentes.