Pokemon GO ya ha superado el número de usuarios de Twitter y ha hecho del juego una revolución que ha convertido el mundo real en el nuevo terreno de juego virtual.
Su creador, John Hanke, ha logrado la fusión entre videojuegos y realidad aumentada, donde es necesario moverse e ir de un lugar a otro caminando y formando parte de un equipo.
Los llamados portales, puntos de encuentro en la ciudades, que están asociados casi siempre a monumentos, iglesias, murales o instituciones, han sido la base de las llamadas pokeparadas, es decir, lugares distribuidos por la calle donde encontrar objetos del juego.
‘Sí, esto ha sido un éxito de la noche a la mañana… Tras 20 años de trabajo’, dice Hanke, lo cual es una forma de decir que nadie le ha regalado nada.
Las caídas iniciales de los servidores fueron objeto de críticas, sin embargo Hanke se ha mantenido en calma, y finalmente el apasionamiento de los intrépidos Pokémons ha traspasado muchas fronteras.
Pokémon, que significa pocket monster, es un fenómeno que no parece tener límites, al menos mientras se alimente la curiosidad y la pasión de los jugadores.
Al contrario de lo que piensan algunos analistas, no se trata de una moda pasajera. Hanke tiene algunas cartas guardadas que aún no se han desempolvado, como los más de 100 Pokémon legendarios o los acuerdos comerciales con tiendas y restaurantes para convertirse en lugares de paso en el juego; por no mencionar la pulsera que saldrá en otoño para medir los pasos que dan los jugadores y sumar puntos al moverse.
Con información de El País