En los aeropuertos, la mayoría de los viajeros se enfrentan a los procesos tradicionales de check-in y controles de seguridad con una sensación que, normalmente, va de la resignación al temor.
Largas y serpenteantes filas avanzan de forma agonizante mientras los viajeros hacen malabares con sus equipajes e identificaciones para no extraviar nada.
Ante estos lentos y engorrosos procesos de verificación, la tecnología biométrica, en particular las soluciones de reconocimiento facial, prometen revolucionar la comprobación de identidad en beneficio de los viajeros, las líneas aéreas y los aeropuertos.
Múltiples aerolíneas, incluidas British Airways, Delta, JetBlue y Lufthansa, así como aeropuertos en todo el mundo, ya están probando la autenticación biométrica como un medio para optimizar la experiencia del pasajero.
Con la biometría de reconocimiento facial, basta con que los pasajeros se tomen una foto en el aeropuerto, la cual será comparada con imágenes de identificación única válidas previamente almacenadas.
Si todo funciona bien, el pasajero dejará de ver el check-in y la seguridad como un ‘mal necesario’ y más como un proceso ininterrumpido y sin fricción.
Principales beneficios
Estos procesos evitan que los pasajeros pasen demasiado tiempo en las filas y reducen sus problemas, lo que mejora la satisfacción del cliente.
El personal de servicio del aeropuerto se beneficia del tiempo adicional que los pasajeros tienen para comprar y comer en la terminal aérea.
Cada aeropuerto tiene la oportunidad de automatizar sus registros y su seguridad de acuerdo con sus necesidades, lo que permite optimizar las labores de su personal, su capacidad y recursos.
Las aerolíneas evitan retrasos innecesarios y costosos al no depender de la espera de identificación de sus pasajeros.
Los aeropuertos y las aerolíneas aumentan la seguridad al analizar las imágenes faciales de los terroristas conocidos.
Las organizaciones de inmigración y control fronterizo también son capaces de verificar, en tiempo real, si las personas que buscan ingresan a un país.
De acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en 2018, los viajeros transportados por vía aérea marcaron un máximo histórico en México con 97.3 millones de pasajeros, de los cuales 47.6 millones eran extranjeros.
Dado que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) espera que 7.8 mil millones de pasajeros viajen para el año 2036 a nivel mundial (casi el doble del volumen actual), la necesidad de un proceso de registro de entrada y seguridad optimizado es fundamental.
El uso de datos biométricos en los aeropuertos implica: tecnología de captura biométrica, algoritmos confiables para producir coincidencias de identidad, una plataforma de administración de identidad y seguridad de extremo a extremo.
Todos estos componentes deben trabajar en conjunto y en tiempo real para que cualquier solución integrada pueda ofrecer los beneficios prometidos.
La seguridad es la base para el éxito en el uso de la biometría en los aeropuertos. El hecho es que, a pesar de que casi un 75% de los consumidores indican estar muy cómodos o algo cómodos con la biometría, 86% de los consumidores declaran que están muy preocupados o algo preocupados por el mal uso de su información personal, según un estudio realizado por el Centro para la Identidad en la Universidad de Texas en Austin.
Por lo tanto, uno de los retos de los aeropuertos, las aerolíneas y las organizaciones de seguridad, es demostrar que pueden proteger la privacidad y confidencialidad de los datos biométricos y personales de los pasajeros; de lo contrario, probablemente enfrentarán objeciones o protestas contra la expansión de la tecnología biométrica.
Para promover la confianza digital entre los consumidores, la seguridad debe estar totalmente presente en cualquier solución biométrica de los aeropuertos: desde la oferta de autenticación multicanal y multifactorial, auditorías, monitoreos en tiempo real, análisis avanzados y protección contra amenazas externas e internas.
Actualmente existen soluciones en el mercado que aprovechan la microsegmentación basada en identidad y el cifrado para asegurar dinámicamente a las comunidades de interés, separando los sistemas de confianza, los usuarios y los datos, de los que no lo son. Ello permite a las organizaciones reducir la superficie de ataque, ocultando puntos finales y haciéndolos indetectables en cualquier red pública o privada.
Por Frederico Beling, Country Leader en México y VP de Unisys para el Sector Público en América Latina.