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El reinado del correo electrónico llega a su fin

Servicios como Twitter y Facebook dan paso a una comunicación más frecuente, rápida e impersonal

El correo electrónico fue el rey de las comunicaciones por un buen período. Pero su dominio terminó.

En su lugar, una nueva generación de servicios comienza a afianzarse. Twitter, Facebook y un sinfín de otras empresas compiten por un pedazo del nuevo universo. Y al igual que lo ocurrido con el email hace más de una década, este cambio promete revolucionar la manera en que nos comunicamos, en formas que sólo podemos comenzar a imaginar.

Todos aún usamos el correo electrónico, por supuesto. Pero el email encajaba mejor con la forma en que solíamos usar Internet: conectarse, revisar una serie de mensajes de vez en cuando y desconectarse. Ahora estamos conectados todo el tiempo, ya sea sentados en nuestros escritorios o mediante un teléfono celular. La conexión permanente, a su vez, creó una cantidad de nuevas formas de comunicarse que son mucho más veloces que el email, y más divertidas.

¿Por qué esperar por un correo electrónico cuando se puede obtener una respuesta más inmediata a través de la mensajería instantánea? Gracias a Facebook, algunas preguntas se pueden responder sin hacerlas. No necesita, por ejemplo, preguntarle a una amiga si ya salió del trabajo, si ella actualizó su «estatus» en el sitio y le dijo a todo el mundo que ya se fue. El email, atascado en la era de los archivos adjuntos, parece aburrido en comparación con servicios como Google Wave. El programa, que está en fase de prueba, permite a los usuarios compartir fotos al arrastrar y colocarlas desde un escritorio a un «Wave» e ingresar comentarios casi en tiempo real.

No es de extrañar, entonces, que mientras el email continúa creciendo, otros servicios de comunicación crecen más rápido. En agosto, 276,9 millones de personas usaron el email en Estados Unidos, varios países de Europa, Australia y Brasil, según Nielsen Co., un aumento del 21% frente a los 229,2 millones de personas en agosto de 2008. No obstante, la cantidad de usuarios en sitios de redes sociales y otros similares se disparó un 31% a 301,5 millones de personas.

«La idea detrás del servicio de correo electrónico realmente ya no es tan significativa, en momentos en que se pueden tener muchos, muchos tipos diferentes de mensajes y archivos, y cuando se tiene todo esto en la misma clase de redes», señala Alex Bochannek, curador del Museo de Historia de la Computadora en Mountain View, California. Entonces, ¿cómo van a cambiar estas nuevas herramientas la forma en que nos comunicamos? Comencemos con lo más obvio: agilizan nuestras interacciones.

Un flujo constante

Hace unos años, nos frustrábamos si una carta tardaba unos días en llegar. Hace un par de años, nos quejábamos por un retraso de media hora en recibir un email. Hoy, una demora de un par de segundos en el envío de un mensaje de texto nos irrita. En unos meses, quizá nos lamentemos de que nuestros teléfonos celulares no envían automáticamente mensajes a nuestros amigos dentro de una cierta distancia, para avisarles que estamos cerca.

Estos nuevos servicios también influyen para que la comunicación sea más frecuente e informal, más al estilo de un blog, en lugar de un email elaborado que se envía a una sola persona. No hay necesidad de pasar tiempo escribiendo un mensaje largo a los amigos más cercanos para contarles cómo nos fue en las vacaciones. Ahora, esos amigos, si les interesa, pueden ver cómo lo está pasando en tiempo real, en línea. En lugar de enviar unos pocos emails por semana a un puñado de amigos, puede mandar decenas de mensajes diarios a cientos de personas que conoce, o no tanto.

Piense en Twitter. El servicio permite a los usuarios enviar mensajes de 140 caracteres a personas que se suscribieron para verlos, llamados seguidores. Así que en lugar de enviar un email a sus amigos y anunciar que acaba de conseguir un nuevo empleo, puede simplemente enviarlo por Twitter a toda la gente que eligió «seguirlo». Puede crear enlaces con ciertos usuarios con la forma de mensajes al ingresar «@» seguido de su nombre de usuario, o enviar «mensajes directos» privados a través del sistema al ingresar «d» y el nombre de usuario.

Facebook también es parte de la tendencia. Los usuarios publican actualizaciones de estatus que aparecen en las páginas de sus amigos. También pueden publicar enlaces a contenidos y comentarlos. No hace falta tener una bandeja de entrada.

Decenas de otras empresas, desde AOL y Yahoo Inc. hasta firmas nuevas como Yammer Inc., diseñan productos basados en el mismo tema. David Liu, ejecutivo de AOL, lo llama reemplazar la bandeja de entrada con «un río que continúa fluyendo cuando usted se zambulle en él».

Pero la velocidad y la facilidad de la comunicación funcionan en ambos sentidos. Aunque la comunicación es más frecuente, también pueden volverla menos personal e íntima. Comunicarse se está convirtiendo en algo tan fácil que quien recibe la información sabe del poco tiempo y dedicación que le tomó a quien la envió. Sí, la media decena de sus amigos más cercanos puede leer sus actualizaciones sobre sus vacaciones. Pero lo mismo pueden hacer sus otros 500 «amigos». Y si usted sabe que toda esa gente lee sus actualizaciones, quizá diría mucho menos que si el grupo fuera menos extenso.

Demasiada información

Otra desventaja obvia del flujo de información constante es, precisamente, un flujo de información constante.

Eso puede influir para que sea más difícil determinar la importancia de distintos mensajes. Cuando las personas pueden enviar con más facilidad toda clase de mensajes -desde actualizaciones sobre su desayuno hasta preguntas sobre los planes para esa noche-darse cuenta de qué mensajes son realmente importantes, o incluso cuáles ameritan una respuesta, puede ser una tarea difícil. La sobrecarga de información puede conducir a que algunas personas se desconecten por completo.

Este tipo de ruidos nos vuelven más dependientes de la tecnología para comunicarnos. Sin un programa de software que nos ayude a filtrar y organizar la información según criterios que consideramos relevantes, nos ahogaríamos en la avalancha.

En la tierra del email, los consumidores a menudo pueden arreglarse con unas pocas carpetas, como mucho. Pero en la tierra del flujo de información, es necesario contar con alguna clase de filtro más sofisticado.

En Facebook, puede elegir ver actualizaciones sólo de ciertas personas que agrega a ciertas listas. Los usuarios de Twitter adoptaron la tendencia de «etiquetar» los mensajes que publican según su tema.

Etiquetar también está creando el potencial para nuevos movimientos sociales. En lugar de intentar organizar a las personas por correo electrónico, se pueden enviar mensajes por Twitter y etiquetarlos por tema para que sean descubiertos por otras personas interesadas en lo mismo.

Los iraníes usaron esa técnica para galvanizar la opinión pública durante sus protestas tras las elecciones de junio. Fue un poderoso ejemplo de lo que puede ocurrir cuando los mensajes circulan abiertamente.

¿Quién es usted?

Tal vez el mayor cambio que traen estos sucesores del email sea el perfil más público de los usuarios. En el mundo del email, usted es su nombre seguido de un «puntocom». Eso es todo. En el nuevo mundo de los mensajes, usted tiene un perfil más alto, lleno de datos que quiere compartir y posiblemente otros datos que no.

El email trata de competir al ayudar a los usuarios a dar más señales sobre ellos mismos. Yahoo y Google Inc. lanzaron nuevos servicios de perfiles que se conectan a las cuentas de email. Eso significa que con tan apenas hacer clic en un contacto, se puede ver toda la información que la persona eligió compartir a través de su perfil.

Pero compartir demasiada información personal también puede molestar a las personas con las que usted intenta comunicarse.

Si todo lo que alguien quiere saber es a qué hora es la reunión, quizás no le importe que usted actualizara su estatus para indicar dónde encontrar las fotos de sus niños.

Cuestión de tiempo

Mientras tanto, queda pendiente una pregunta importante: ¿los nuevos servicios ahorrarán o le quitarán más tiempo? Las empresas detrás de los programas aseguran que liberarán tiempo. Tal vez estén en los cierto, aunque podría ser también que con más opciones para comunicarnos, pasaremos más tiempo haciendo, justamente, eso.

Fuente: The Wall Street Journal