Los nuevos modelos del trabajo remoto no excluyen la necesidad vital de conexión humana, sino que la canalizan y potencian de una manera virtual en territorios y modelos que los propios empleados están construyendo, ya sea en un plano digitalizado, presencial o mixto, a medida que las tendencias evolucionan.
El trabajo remoto desde cualquier lugar ya quedó establecido como un modelo valioso que puede enriquecerse con el trabajo en la oficina, en un esquema híbrido que aprovecha lo mejor de ambas opciones y que favorece y propicia un sentimiento comunitario, que abre nuevos espacios y oportunidades para la creatividad y la innovación; todo esto, en un entorno cada vez más digitalizado y por lo tanto más eficiente y orientado a resultados.
Si bien está siendo un trance difícil e inquietante, el trabajo remoto cada vez se domina y deja ver un cúmulo de oportunidades en términos de eficiencia, funcionalidad y rentabilidad, además de que está siendo el espacio para enfrentar los nuevos desafíos con soluciones y propuestas inéditas.
En este sentido, bienvenido sea el cambio histórico que vivimos a nivel personal, grupal e institucional, con una nueva fuerza laboral que está siendo el epicentro evolutivo de las organizaciones.
Ante esta nueva realidad, las organizaciones deben priorizar la “experiencia del empleado” tanto como priorizan la “experiencia del cliente”, reconociendo y valorando el aporte individual y su alcance comunitario, con la compensación y los estímulos correspondientes, en un plano individualizado.
La generación de valor por parte de los empleados, su lealtad, compromiso y rentabilidad son equivalentes a lo que los clientes individualmente generan a las organizaciones, de tal manera que la “administración de la relación con clientes” debería ser equivalente a la “administración de la relación con empleados”.
En otras palabras, el retorno de la inversión con los clientes es comparable con el retorno de la inversión con empleados.
Al igual que el CRM, el ERM (administración de la relación con empleados) requiere de un conocimiento individualizado de manera integral, más aún ahora que se encuentra alejado total o parcialmente de los centros de trabajo.
Por lo tanto, también se justifica una base de datos de empleados, como ocurre con los clientes con todas las funcionalidades correspondientes, que permita un conocimiento y reconocimiento individual que, como con los clientes, vayan más allá de lo transaccional, operativo y funcional, para adoptar un modelo relacional que lo rescate de la masificación y el anonimato, reconociendo así al empleado como una entidad diferenciada y única que convive en las organizaciones en nuevo modelo virtualizado y/o presencial.
Es decir, como en el caso del cliente, se trata de identificar el nuevo perfil y conductas del empleado digitalizado y remoto, con necesidades, motivaciones y aspiraciones individuales que justifican una estrategia de recursos humanos que lo conozca y lo reconozca como una entidad única que contribuye y retribuye con un aporte de valor a las organizaciones y que influye en su continuidad y permanencia.
El empleado actual, nunca como ahora, tiene la posibilidad de elegir (como ocurre con los clientes) la empresa u organización que mejor cumpla y satisfaga sus necesidades y aspiraciones.
Desde luego, una empresa orientada al empleado requiere de toda una estrategia de recursos humanos que parte del conocimiento individual, es decir, de una base de datos que identifica y anticipa las necesidades de desarrollo, de relaciones laborales, de reconocimiento y compensación, así como de un plan individual de carrera, a partir de su perfil, características personales, historial, facultamiento, experiencia, etc., de forma tal que su potencial individual sea canalizado ahí, donde su capacidad creativa y sus resultados pueden consumarse.
El momento histórico de la evolución del empleado digitalizado y remoto, abrirá un enorme espacio para liberar el talento, fomentar el trabajo colaborativo y favorecer los vínculos funcionales que trascienden e influyen, incluso, hasta en la relación con clientes.
“En 2021, los empleados tienen la oportunidad de recrear la magia del lugar de trabajo. Atrás quedaron los días de un mar de escritorios: las oficinas se reinventarán como un centro comunitario y lugares para la innovación, ya que los empleadores buscan crear nuevas experiencias perfectas para sus empleados, clientes, socios y la comunidad”, en opinión de Brent Hyder, director personal de Salesforce.*
Las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la realidad virtual, así como Big Data, las comunicaciones de nueva generación (5G), la hiperconectividad, la movilidad, etc., hacen factible un nuevo modelo de relacionamiento y trabajo en equipo que fomente una comunidad estrechamente comunicada, vinculada, colaborativa e incluso placentera.
(*) Se sugiere la consulta del posteo donde los directivos de Salesforce predicen “el futuro del trabajo en 2021 y más allá”.