A los empleados de Google, después de ver a sus compañeros de empresas tecnológicas rivales perder sus trabajos de forma masiva, están preocupados por saber cuándo les ocurrirán los despidos.
El viernes por la mañana, algunos de ellos no pudieron acceder a sus cuentas corporativas.
Los preciados equipos de inteligencia artificial de la compañía parecieron escapar ilesos en su mayoría. En un mensaje al personal anunciando los despidos, el director ejecutivo de Alphabet, Sundar Pichai, enmarcó los recortes como una forma de que la empresa agudice su enfoque en la inteligencia artificial.
Google, propiedad de Alphabet, finalmente decidió despedir a 12,000 empleados o el 6% de la fuerza laboral. Los trabajadores describieron una transición en su mayoría ordenada, aunque impersonal, comunicada principalmente a través de los mismos productos tecnológicos que ayudaron a construir, sin respuestas directas para las personas sobre por qué estaban incluidas o no.
Algunos se enteraron de que perdieron sus trabajos a través de mensajes enviados a sus direcciones de correo electrónico personales.
Sin una forma central de ver qué roles se habían eliminado, los trabajadores restantes comenzaron a escribir a sus compañeros en la aplicación de mensajería Google Chat para ver si funcionaba. Si no, significaba que esa persona había perdido su trabajo, según un empleado de Google que solicitó su anonimato
Los despidos parecían ser estructurales, más que basados en el desempeño. Con las revisiones de desempeño aún por concluir a fines de este mes, algunos trabajadores están preocupados de que sus roles estuvieran en riesgo de eliminación.
‘Es difícil creer que, después de 20 años, en Google me entere inesperadamente de mi último día a través de un correo electrónico’, escribió un ingeniero de software.
‘Este es un comportamiento atroz e inaceptable por parte de una empresa que obtuvo 17 mil millones de dólares en ganancias solo en el último trimestre’, dijo Parul Koul, presidente, ejecutivo de Alphabet Walker Union, en un comunicado. ‘Con miles de millones en ganancias y compensaciones ejecutivas intactas, nuestros trabajos nos deberían de estar en el tajo’.