Un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) encontró que, aunque los contenidos generados con inteligencia artificial han sido utilizados como herramientas de desinformación masiva en campañas electorales, su efecto en los resultados de las elecciones es actualmente marginal.
Los investigadores analizaron el uso de material creado mediante IA en comicios recientes, incluyendo deepfakes en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y avatares falsos de figuras políticas en las legislativas de India.
Los hallazgos indican que, si bien estos contenidos no influyeron significativamente en los resultados, sí contribuyeron a deteriorar el ambiente informativo, aumentando la polarización y la desconfianza hacia partidos políticos, autoridades y medios de comunicación.
La EPFL atribuye este fenómeno a la falta de regulación de la industria de la IA en los países estudiados, lo que ha permitido la circulación masiva de estos contenidos en redes sociales.
Además, muchas campañas políticas han explotado este vacío normativo utilizando microsegmentación para enviar mensajes emocionales personalizados sin garantía de confiabilidad.
El estudio también advierte sobre la necesidad de supervisar este tipo de técnicas, especialmente cuando se dirigen a audiencias vulnerables, como votantes jóvenes. Los investigadores subrayan la importancia de educar a estas poblaciones sobre los riesgos de las noticias falsas y proporcionarles herramientas para verificar la información.
En paralelo, otro informe de la EPFL destaca que los grandes modelos de lenguaje, como ChatGPT, presentan vulnerabilidades que pueden ser explotadas para generar contenido tóxico y desinformación. Ante esto, el equipo liderado por Touradj Ebrahimi está desarrollando soluciones como JPEG Trust, un formato de imagen diseñado para garantizar la autenticidad de las fotos desde su creación hasta su publicación.
Sin embargo, los expertos enfatizan que estas herramientas deben complementarse con regulaciones internacionales que responsabilicen a los medios de comunicación y establezcan límites claros para la difusión de contenidos maliciosos.