Facebook y Apple disponen de gigantescas bases de usuarios que funcionan como poderosas barreras contra la competencia, por lo cual pueden conservar sus clientes por mucho tiempo.
Con semejantes bases de usuarios, ninguna de las dos compañías tiene que hacer mucho en innovación: Facebook puede copiar sus servicios modernos desde Snapchat y YouTube, mientras que Apple se siente cómoda enfrentando los movimientos de Samsung y otros fabricantes de teléfonos Android.
Con los usuarios cautivos, la experimentación es un riesgo innecesario; hay que dejar que los rivales prueben las cosas primero, luego Apple y Facebook pueden incorporarlas y capturar las ganancias.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, asegura que hay unos 2,000 millones de usuarios diarios para todos los servicios de la compañía combinados, y es probable que se estanquen. De hecho, otro año como el 2009 –cuando los ingresos de Facebook crecieron un 186%–, resulta muy improbable.
El crecimiento de Apple no es tan impresionante, ya que sus ingresos de 2017 fueron más bajos que en 2015. Aunque el director ejecutivo Tim Cook aún promociona el rápido crecimiento de la base instalada de la compañía, que llegó a 1,300 millones de dispositivos, un 30% más que dos años antes.
No está claro cuántos de estos dispositivos están en uso constante, y las ventas unitarias relativamente bajas del iPhone en los últimos tres años muestran que la base de usuarios no está creciendo mucho, la mayoría de las personas reemplazan sus dispositivos antiguos.
Las formas en que Apple y Facebook explotan los efectos de red son diferentes, y el modelo de Apple, al menos por ahora es más seguro. La compañía de la manzana es excelente en aprovechar lo que se conoce como efectos externos entre grupos: los desarrolladores de aplicaciones y los proveedores de contenido son miembros bienvenidos del ecosistema junto con usuarios.
En ambas compañías el crecimiento explosivo ha terminado, pero las bases de usuarios pueden ser aprovechadas durante mucho tiempo.
