Francia impuso multas de 150 millones de euros (unos 170 millones de dólares) a Google y de 60 millones (unos 75 millones de dólares) a Facebook por los procedimientos para rechazar las cookies en sus páginas, que son más complejos que los que conducen a su aceptación.
La CNIL, el organismo francés encargado de supervisar la actividad digital, justificó en dos comunicados el monto de esas sanciones por el número de personas afectadas y por los ‘beneficios considerables’ que ambas compañías obtienen con los ingresos publicitarios que precisamente reciben de forma indirecta gracias a esas cookies.
En el caso de Google, se trata en realidad de una doble multa, una de 90 millones de euros a la casa matriz y otra de 60 millones a la filial europea, domiciliada en Irlanda.
En su origen están varias denuncias recibidas por la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), que el pasado junio llevó a cabo un control en línea en el que constató unas prácticas que infringen ‘la libertad de consentimiento de los internautas’.
La razón es que ‘no es tan sencillo rechazar las cookies como aceptarlas’.
En concreto, tanto en las páginas de Google como en las de YouTube existe un botón que permite darles el visto bueno inmediatamente.
Sin embargo, no hay una solución equivalente para permitir que quien las visite diga que no. De hecho, hacen falta varios clics para conseguirlo.
Para la CNIL, esa mayor complejidad equivale a ‘desalentar a los usuarios a rechazar las cookies e incitarlos a privilegiar la facilidad del botón lo acepto’.
En febrero de 2021, este organismo de supervisión ya había advertido a Google sobre esa cuestión y había repetido que ‘tiene que ser tan fácil rechazar las cookies como aceptarlas’.
El buscador de internet y su servicio de videos tienen tres meses para corregir la situación de forma que se garantice la libertad de consentimiento del internauta. En caso contrario, se exponen a una multa adicional de 100,000 euros por cada día de retraso.
La sanción a la filial irlandesa de Facebook se basa en el mismo tipo de razones: hacen falta varios clics para rechazar las cookies cuando basta con uno para aceptarlas.
Además, el botón para rechazarlas no solo está en la parte baja de la segunda ventana que hay que abrir, sino que aparece bajo el título equívoco de ‘Aceptar las ‘cookies’.
‘Esa denominación genera necesariamente confusión y el usuario puede tener la impresión de que no es posible rechazar las cookies y que no dispone de formas de controlarlas’, según la CNIL.
El organismo de control da también tres meses a Facebook para que se ponga en regla porque de no ser así habrá de abonar igualmente 100,000 euros por cada día de retraso.