Ren Zhengfei, el multimillonario fundador de Huawei, rechazó las acusaciones por parte de Estados Unidos de que el gigante chino de las telecomunicaciones ayude a Pekín a espiar los gobiernos occidentales.
Zhengfei negó la denuncia de que Huawei ayude al Gobierno chino en el espionaje, y dijo que no tiene contacto regular con Pekín, ya que su imperio tecnológico se enfrenta a su mayor crisis de tres décadas de existencia.
También llamo a Donald Trump ‘un gran presidente’ y dijo que tomará un enfoque de esperar y ver si el líder de Estados Unidos intervendrá a nombre del jefe de finanzas de Huawei, por la hija mayor de Zhengfei (Meng Wanzhou), que se encuentra en Canadá y enfrenta la extradición a los Estados Unidos por las acusaciones de ayudar a defraudar a los bancos para evitar sanciones contra Irán.
La intervención del directivo confirma la profundidad de los ataques contra Huawei, el mayor símbolo del creciente poder tecnológico de China.
La detención de Wanzhou ayudó a materializar los temores sobre su creciente influencia en áreas que van desde la infraestructura inalámbrica de vanguardia y semiconductores hasta dispositivos para el consumidor. Desde entonces, Washington ha convencido a un creciente número de aliados, para poner en una lista negra a los equipos de redes de Huawei.
Zhengfei dijo que rechazaría cualquier solicitud de Pekín de información confidencial sobre sus clientes y destacó el potencial de cooperación con Estados Unidos y la administración de Trump. Minimizó además el papel de Huawei en las tensiones actuales entre Washington y Pekín, que han sacudido a inversionistas y corporaciones en todo el mundo.
Zhengfei es una figura legendaria en los círculos de negocios chinos; es una voz única en un conflicto que ayudará a definir el panorama global de los próximos años.
A pesar del impacto potencial en su negocio, el ejecutivo dijo que confiaba en que los ingresos de Huawei aumentarán a 125,000 millones de dólares en 2019, es decir, más de 100,000 millones respecto al año pasado.
Huawei se ha convertido en el objetivo de escrutinio de todo el mundo. Si bien la compañía es propiedad de sus empleados, la carrera anterior del fundador con el Ejército Popular de Liberación ha generado constantemente sospechas de que representa una amenaza para la seguridad, acusación que siempre ha negado.
Sin embargo, varios operadores están rechazando su oferta tecnológica por preocupaciones de que los productos puedan dejar una puerta trasera para las agencias de inteligencia chinas.
Dentro de China, el esfuerzo liderado por Estados Unidos para excluir a Huawei, cuando el mundo se prepara para adoptar la revolución tecnológica inalámbrica de quinta generación 5G, equivale a una afrenta nacional.
La compañía sigue siendo una pieza clave en el esfuerzo de Pekín por dominar las tecnologías futuras para 2025. Un documento de 2018 del Departamento del Tesoro, mostró que Huawei tenía aproximadamente una décima parte de las patentes esenciales para redes inalámbricas 5G. Eso la pondría en una posición privilegiada para capitalizar los miles de millones que se gastarán en el desarrollo de la tecnología.
A lo largo del año pasado, las acusaciones hacia la empresa se intensificaron, agravadas por el arresto de Wanzhou, así como por el bloqueo o la limitación del equipo de Huawei en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y otros países.