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Hackers ponen la mira en la impresión 3D

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La impresión en tercera dimensión supone un potencial inimaginable para todo tipo de industrias. En el sector salud, por ejemplo, este avance tecnológico permite a los cirujanos crear implantes que se adaptan a las necesidades de cada paciente.

Otro caso de utilización ocurre en el sector alimenticio. Recientemente, la Unión Europea anunció un fondo de cuatro millones de dólares para apoyar en el desarrollo de procesos de impresión en 3D para elaborar alimentos enfocados específicamente en los ancianos, cumpliendo con los requerimientos nutricionales.

Para el caso de la industria del retail, por ejemplo, el portal de comercio electrónico Amazon ya vende productos impresos en 3D, y varias empresas ofrecen servicios de impresión en tercera dimensión a los consumidores que no tienen su propia impresora pero que necesitan imprimir un diseño personalizado, que puede ir desde juguetes, accesorios de vestir y zapatos, hasta carcasas de teléfonos móviles.

Así como estos sectores están viendo en la impresión 3D importantes beneficios, este mercado aún incipiente tiene un gran potencial que deberá ser explotado por diversas industrias como la ingeniería y la arquitectura, la industria aeroespacial y de defensa, entre otras, por lo que se espera que la impresión 3D tenga un impacto significativo en los próximos años.

Sin embargo, es importante hacer a un lado el tema de la seguridad de la información que se maneja, pues en muchos casos se pueden poner en riesgo datos confidenciales.

Un informe publicado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos (NIST) explica que un fallo de seguridad puede comprometer la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de la información que se transfiere a la impresora.

La firma de consultoría Canalys estima que el crecimiento del mercado 3D, incluyendo impresoras, materiales y servicios asociados, para el cierre de 2014, llegaría a los 3,800 millones de dólares, y que continuaría experimentando un rápido desarrollo hasta alcanzar los 16,200 millones en 2018, lo que representa un aumento anual del 45.7%.

Las impresoras 3D podrían convertirse en un nuevo vector de ataque por parte de los hackers, por lo que hay que estar atentos  a la evolución de este mercado y preparados para las posibles amenazas en las diferentes industrias.

Fuente: Blue Coat Systems