Por Adrián Durán, vicepresidente senior de Cloud y Aplicaciones para Oracle América Latina
El mundo está viviendo una nueva revolución tecnológica y todos nosotros somos testigos privilegiados del boom de tecnologías de vanguardia como el blockchain, la nube y la inteligencia artificial.
El tamaño del mercado de inteligencia artificial de América Latina alcanzó los 2.9 mil millones de dólares en 2022 y se estima que el mercado llegará a 13.3 mil millones en 2028, con una tasa de crecimiento de 27.4% durante ese periodo, según un informe del Grupo de Consultoría e Investigación de Análisis de Mercado Internacional (Grupo IMARC).
En este contexto, surgen increíbles oportunidades e innovaciones para mejorar la productividad de las organizaciones, el bienestar de los trabajadores y la experiencia de los usuarios.
La inteligencia artificial, en particular, ayudará a las personas a extraer rápidamente conocimientos de los datos, potenciar la creatividad y empoderar interfaces centradas en el ser humano para resolver problemas.
América Latina también es protagonista en esta revolución. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la región puede esperar un crecimiento de hasta 5% de su PIB para 2030 como resultado de la implementación de IA.
Similarmente, Accenture predice que para 2030 la IA agregará un punto porcentual a los PIB de las economías principales de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, y Perú).
Este crecimiento será la consecuencia de que, con el uso de la inteligencia artificial, las organizaciones podrán automatizar procesos, optimizar costos y rendimiento, y mejorar la toma de decisiones perfeccionando la experiencia de sus clientes.
Sin embargo, este panorama también crea una serie de desafíos nuevos en términos de seguridad, soberanía y manejo de datos. La respuesta de las organizaciones a estos desafíos será crítica para su éxito.
Algunos claros ejemplos de este ímpetu hacia la innovación son las recientes alianzas de Oracle con compañías como Cohere y NVIDIA para entregar a empresas de todos los sectores y tamaños el poder de la IA, al tiempo que protege su seguridad e impulsa su productividad.
Los llamados Modelos de Lenguaje Grandes (LLM) requeridos para la IA generativa necesitan una cantidad increíble de poder de cómputo.
Por eso, Oracle diseñó junto a NVIDIA la super computadora más rápida del mundo sobre su nube (Oracle Cloud Infrastucture – OCI) que es ideal para entrenar IA generativa, incluidas aplicaciones conversacionales y modelos de difusión.
Por otro lado, los datos hoy por hoy son el activo más valioso de una compañía. Por lo tanto, resulta crítico para las organizaciones asegurar y resguardar su información en su camino hacia la nube, y la posibilidad de desplegar sus propios modelos privados de IA generativa les garantiza esa privacidad.
No es nuevo que la inteligencia artificial está cambiando la forma en que interactuamos con el mundo, pero las posibilidades de aprovechamiento aún son infinitas.
