Instagram anunció sus planes para incursionar en el mundo del comercio electrónico, en una franca apuesta para competir con los gigantes del segmento, como Amazon, eBay y Walmart.
Con ello, la firma propiedad de Facebook, busca aprovechar sus 1,100 millones de usuarios globales para convertirse en un sitio que, además de compartir imágenes y videos, sea una plataforma de ventas en línea.
Según el jefe del servicio de la compañía, Adam Mosseri, el objetivo es ‘conectar de forma concienzuda los nodos entre compradores, vendedores y el gran número de influenciadores’ de Instagram.
De hecho, la red social lanzó en marzo un programa piloto de venta directa, aunque limitada a poco más de una veintena de marcas (entre ellas Zara, Burberry, Michael Kors, Nike, Adidas, Prada, Uniqlo, Dior, Oscar de la Renta y H&M) y en el que el pago se procesa a través de PayPal.
Mosseri defendió la introducción en Instagram de funciones propias del comercio electrónico como el ‘carro de la compra’ y el ‘checkout nativo’, que permiten a los usuarios almacenar productos antes de comprarlos y pagar directamente en la aplicación, sin tener que acudir a terceros.
El directivo explicó que todavía se necesitarán varios años para convertir Instagram en una plataforma de ventas, ya que hay que construir la infraestructura necesaria, como por ejemplo asociarse con proveedores de servicios de pago en cada país en el que quieran operar.
Aunque proporcionalmente sigue representando una porción pequeña de las transacciones mundiales, el comercio electrónico en 2018 alcanzó un valor de 2.86 billones de dólares en todo el planeta, tras haber experimentado una alza del 18% con respecto al ejercicio anterior, según datos de Digital Commerce 360.
El sector sigue dominado por unos pocos grandes actores, principalmente los chinos Alibaba y JD.com y los estadounidenses Amazon, eBay y Walmart.
Durante 2019, Amazon ha sido el portal en el que se han llevado a cabo casi el 50% de todas las transacciones online en Estados Unidos (un 47% según eMarketer).
