Instagram anunció la suspensión cientos de cuentas cuyos nombres habían sido robados por parte de hackers y vendidos a altos precios en internet, una práctica cada vez más común.
La compañía explicó en un comunicado que suspendió unas 400 cuentas obtenidas por estos medios ilícitos por parte de miembros del grupo online OGUsers, una comunidad de piratas informáticos especializada en este tipo de operaciones.
Se trata de cuentas que, por lo general, usan en sus nombres palabras comunes populares y con gran potencial de atraer internautas, como por ejemplo @comida, @ropa o @moda, que son robadas a sus propietarios y vendidas a otras personas o marcas por grandes cantidades de dinero.
En su momento, estas cuentas estaban libres y no costaron nada a quienes las crearon, dado que por lo general se trataba de pioneros en las redes sociales; pero, con el paso del tiempo y el aumento de la popularidad de estas plataformas, su valor se ha disparado.
Además de robarlas directamente, los miembros de OGUsers también recurren a tácticas como la extorsión o las estafas para obtener estos nombres tan buscados, y la práctica se extiende más allá de Instagram, afectando a prácticamente todas las redes sociales.
Según publicó la prensa especializada en Estados Unidos, la acción de Instagram se enmarca en una operación coordinada con portales de la competencia como Twitter y TikTok para tratar de poner fin a estos robos.
En este sentido, además de las cuentas robadas, también fueron suspendidas las cuentas de los piratas informáticos que se dedican a este tipo de operaciones, y Facebook indicó que está trabajando con las fuerzas de seguridad para perseguir a los infractores.
El principal portal en que se compran y venden estos nombres robados es ogusers.com y tras lograr identificar a algunos de sus usuarios más activos, Facebook les envió una orden exigiéndoles que pongan fin a la actividad bajo amenaza de tomar acciones legales en caso contrario.