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Intel promueve educación y visión consultiva ante el cibercrimen

La industria del cibercrimen tiene un valor actual aproximado de 620,000 millones de dólares, una cantidad que, si fuera un país, sería la economía número 20 a nivel global.

México está experimentando una ‘explosión’ tecnológica y muchos responsables de la seguridad están teniendo más injerencia y toman decisiones junto con el consejo directivo.

Actualmente, un 40% de los ataques cibernéticos se deben a políticas mal manejadas. Las organizaciones deben crear campañas para que los usuarios finales no caigan en trampas que comprometan la seguridad. Si el ataque ya ha ocurrido, se debe estar preparado para identificar la amenaza y saber cómo solucionarla, algo que Intel ofrece bajo un programa de servicios de awareness.

Enfrentar de manera adecuada los retos de la ciberseguridad no es una tarea fácil para los encargados dentro de las organizaciones. Ellos enfrentan 3 grandes problemas, explica Fernando Quintero, vicepresidente de Intel Security para América Latina:

1. Complejidad: cada vez más se incrementan los dispositivos móviles en las empresas, impulsados también por la generación de los Millennials que se han incorporado a la plantilla laboral; además, se pronostica que el Internet de las cosas genere de 2 a 2.5 dispositivos por persona. A esto se suman el aumento exponencial en las ciberamenazas y la gran cantidad de capas de seguridad que las empresas van acumulando en su infraestructura de hardware y software.

2. Tiempo: Es indispensable un buen tiempo de reacción ante ataques, tanto internos como externos. Los responsables de la seguridad deben contar con las herramientas adecuadas para detectar y remediar las amenazas rápidamente. Las amenazas avanzadas, como el Ransomware, han vuelto a esta industria un enorme foco de lucro y reducido el tiempo hasta en 3 días en el que los hackers pueden obtener un beneficio económico.

3. Falta de talento: Las organizaciones enfrentan una falta de talento en los encargados de la ciberseguridad; y las empresas no están preparadas para atacar de manera horizontal esta problemática. Para 2020 se calcula que habrá 2 millones de posiciones laborales abiertas para este sector. Al día de hoy hay más de 1 millón de dichas vacantes a nivel global, de los cuales 209,000 están en Estados Unidos.

 

Preparación desde las aulas

Los estudiantes no salen bien capacitados en temas de seguridad, en opinión de Calleja. Además, se requiere que las instituciones educativas inviertan en laboratorios de capacitación.

Online Safe Kids es un programa para las escuelas que ayuda a los estudiantes a entender mejor los peligros del mundo cibernético, cómo detectarlos y enfrentarlos adecuadamente.

‘Es imperativo generar conciencia en la educación de las futuras generaciones, buscar la inversión del gobierno en un mercado que puede ser redituable para todos, tanto las empresas de TI como las consumidoras de estos servicios, que protegen su bien más preciado, que es la información’, opina Quintero.

 

Una visión consultiva

‘Los hackers siempre irán adelante’, advierte Rodrigo Calleja, director general de Intel Security México.

‘Nosotros queremos convertirnos en un trusted advisor‘ para apoyar a las organizaciones en sus esfuerzos contra el cibercrimen, agrega el directivo, quien tiene como meta a 18 meses establecer un plan de visión más consultiva.

‘Las empresas deben crear un ciclo de defensa ante las amenazas’, explica Fernando Quintero. ‘Nosotros debemos ayudar a reducir el costo e incrementar la seguridad, ya sea en sitio o en la nube’.

Intel Security busca ser un consultor de negocios con los clientes y certificar a los canales para lograr una cobertura masiva, todo a través del cambio de approach más consultivo entre todos los vendors de soluciones de seguridad. ‘Se necesita una capa de estandarización, aunque sean varios proveedores; que se intercomuniquen y no compitan’, dice Calleja.

‘Tenemos primero que evangelizar y hacer ver a los directivos del peligro que enfrentan, y después realizar un análisis de vulnerabilidad’.