El Campus Bio-médico de Roma inició hoy el primer estudio en un hospital universitario de entrenamiento de perros para la detección rápida, a través del olfato, de individuos sintomáticos y asintomáticos potencialmente afectados por COVID-19.
El proyecto de investigación comenzó en el ‘Drive-in’, un lugar habilitado en el Campus del hospital universitario para hacer pruebas dentro de vehículos, con la llegada de los perros y se llevará a cabo por primera vez en el mundo con una muestra estadística significativa de más de 1000 pacientes, explicó el centro en un comunicado.
El proyecto se realizará gracias a la colaboración con la sociedad NGS, dedicada al entrenamiento de perros para detectar explosivos hasta junio de 2021.
Después de una primera fase de experimentación de 6 a 8 semanas, en la que los perros serán adiestrados para el reconocimiento del virus mediante técnicas específicas adquiridas del entrenamiento para explosivos, el proyecto continuará con entre 4 y 6 semanas más de experimentación en voluntarios gracias a la colaboración de muestras en más de 1,000 pacientes en el ‘Drive-in’.
Dentro de un contenedor de unos 40 metros cuadrados dedicado al proyecto, el perro olerá las muestras que contienen el sudor de los pacientes. El animal nunca entrará en contacto directo con la sustancia biológica, apunta.
El paciente se tomará muestras del sudor con una gasa que luego será insertada en un recipiente anónimo con un número de identificación correspondiente al paciente y los operadores caninos harán oler la muestra al perro que, gracias al entrenamiento recibido y su extraordinario olfato, dará su respuesta sobre la presencia de COVID-19 en unos segundos.
El epidemiólogo molecular del Campus Bio-Medico de la Universidad de Roma y promotor del proyecto, Massimo Ciccozzi, señaló la importancia del mismo ya que ‘basta pensar en el uso que podrá hacer de estos perros en grandes eventos, conciertos y partidos de futbol evitando costosas pruebas de cribado y sobre todo en los tiempos de detección’.
Y además, el uso de perros traerá varias ventajas: la agilización de las operaciones de acceso a los lugares de encuentro, la reducción de los gastos derivados del uso de test y una mejor organización y eficacia de los controles.
Un perro entrenado puede tardar unos 10 segundos en reconocer un caso positivo, una prueba rápida tarda de 20 a 30 minutos en dar un resultado y al menos 24 horas el test molecular.
Cada perro puede trabajar en turnos de 1 a 2 horas al día y se emplearán hasta 6 perros en el proyecto.
Los perros de detección se utilizan ahora en numerosos campos. En el sector de la salud, por ejemplo, se detectan infecciones virales o bacterianas y el índice de acierto va entre el 77 y el 92.6%, cuando la Organización Mundial de la Salud establece el umbral de confiabilidad para las pruebas de diagnóstico para la detección de la bacteria Clostridium en un 75%, explican.