La empresa fotográfica Eastman Kodak, que en enero pasado se declaró en quiebra, anunció que se deshará de varios negocios, como sus unidades de impresión y digitalización, así como el de papel y carretes, en un esfuerzo por salir de la bancarrota en la primera mitad de 2013.
La firma considera que «la venta de esos negocios, así como las continuadas iniciativas para reducir costos» y sus esfuerzos por vender patentes, constituirán «puntos claves para lograr la reorganización de la compañía y emerger del Capítulo 11 durante 2013», según un comunicado colgado hoy en su página web.
Se trata de «un paso importante en la reorganización de nuestra empresa para centrar nuestro negocio en los mercados comerciales y permitir que Kodak acelere la salida (de la bancarrota)», dijo el presidente y consejero delegado de la compañía, el español Antonio Pérez, en el mismo comunicado.
Los negocios que la firma quiere vender son los de impresión personalizada de imágenes, en los que se encuentran la mayor parte de sus ofertas «tradicionales» para consumidores, como los productos de papel y carretes para cámaras, así como el dedicado a la digitalización de documentos.
En ese segmento se incluyen también los populares quioscos de impresión -unos 105,000- que la firma tiene repartidos en muchos puntos minoristas y que también están presentes en parques de atracciones y otros puntos de recreo en todo el mundo.
Kodak, con sede en Rochester, Nueva York, señaló en el comunicado su voluntad de «moverse en el proceso (de salida de la quiebra) los más rápido posible para completar esas transacciones en el primer semestre de 2013».
«Continuamos reformando Kodak», añadió Pérez, que señaló que el objetivo del proceso es ubicar a la firma en el negocio de «impresión comercial, funcional y de empaquetado, y de servicios para empresas», una apuesta con «un importante potencial de crecimiento a largo plazo en todo el mundo».
Eastman Kodak, fundada en 1888, se declaró el pasado 19 de enero en suspensión de pagos para reorganizar su negocio, que en los últimos años se había visto perjudicado por la pérdida de relevancia de la fotografía tradicional frente al formato digital.
Mientras dure el proceso de bancarrota, la empresa, que dejó de cotizar en Wall Street, seguirá luchando para obtener ingresos mediante la venta de patentes, un proceso que dijo que sigue en marcha y del que, sin embargo, no ofreció datos concretos.
Cuando inició el proceso, la firma dijo que las patentes despiertan gran interés por el uso que se le pueden dar en teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles, y habló de que su valor podría superar los 2,000 millones de dólares.
EFE
