Según datos de Naciones Unidas, se estima que cada año se generan 50 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en todo el mundo, lo que la convierte en el tipo de basura que más rápido crece en la actualidad.
Las causas del crecimiento del volumen de residuos electrónicos son el aumento del consumo de tecnología y un mal tratamiento de los componentes desechados.
Con un tratamiento adecuado, se podría reutilizar entre el 70% y el 90% de la basura electrónica que generamos, según Thibaud de Larauze, CEO de Back Market.
‘Gran parte de los residuos electrónicos terminan acumulándose como chatarra en vertederos donde no se tratan adecuadamente. Además, la mayoría de los aparatos electrónicos que se convierten en desechos, podrían seguir utilizándose. Los usuarios deberíamos preguntarnos si realmente necesitamos comprar un teléfono móvil nuevo, cuando podríamos seguir reutilizando el que tenemos’, apunta Larauze.
Lo más grave de este asunto es que los desechos electrónicos contienen elementos tóxicos, como el bromo, cadmio, fósforo o mercurio, que si no se tratan adecuadamente, pueden provocar grandes daños al medio ambiente y a la salud de las personas.
Las Naciones Unidas, con su Programa del Medio Ambiente, es una solución para frenar el crecimiento de la basura electrónica en todo el mundo. Su esfuerzo se centra en estandarizar el tratamiento de los residuos y fomentar un consumo más eficiente que permita prolongar la vida útil de estos aparatos.
‘La responsabilidad por enfrentar y resolver este problema es compartida. Por un lado, la Administración debe legislar para controlar el volumen de residuos que se generan y aumentar las medidas de control. Por otro, los consumidores deben concientizarse de los graves problemas que supone este aumento de la basura electrónica, tanto para nuestro entorno como para nuestra salud’, concluye el CEO de Back Market.
Con información El Economista.es