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La brecha de Banda Ancha de México (Segunda parte)

La baja penetración de la banda ancha de México se refleja también en que países que empezaron a proveer Internet de alta velocidad a través de la modalidad DSL en la misma fecha que nuestro país ya han alcanzado mayores tasas de penetración del servicio.

Por ejemplo, Japón en septiembre del 2005 tenía 14 millones de usuarios de banda ancha (11.2% de la población total), mientras que México en diciembre del mismo año sólo tenía 1.03 millones de usuarios (1.0%).

Al respecto, otro factor que contribuye a explicar la restringida cobertura en nuestro país es el reducido número de familias que poseen computadoras capaces soportar conexiones de alta velocidad.

De hecho, una publicación reciente de Telmex reporta que aunque el 90% de los hogares tienen la posibilidad de contar con Internet, sólo 20.5% cuenta con computadora y, exclusivamente, 12.8% dispone de una computadora con capacidad para servicios de banda ancha. De estos últimos 2,477 millones, 71.6% disponen del servicio.

Podría afirmarse que el problema de brecha de banda ancha se debe a la falta de computadoras y no a los altos precios del servicio de Internet de alta velocidad.

Sin embargo, la afirmación carecería de sustento económico, ya que las computadoras capaces de soportar Internet de alta velocidad y el servicio de conexión a Internet de banda ancha son bienes tecnológicamente complementarios,
es decir, deben ser utilizados en forma conjunta.

Como lo demuestran múltiples estudios empíricos, cuando dos bienes son complementarios la demanda de uno depende negativamente del precio del otro. En este caso, debido a dicha complementariedad la demanda de computadoras capaces de soportar Internet de banda ancha no sólo depende negativamente del precio de dichas máquinas, sino también del precio del servicio de conexión a Internet de banda ancha y viceversa.

De esta forma, países donde el servicio es muy costoso no sólo tendrán una cobertura limitada de este, sino también un número reducido de familias con computadoras capaces de soportar el servicio.

Por lo anterior, los diseñadores de políticas públicas que ataquen la brecha de banda ancha deben reducir los precios de computadoras capaces de soportar Internet de alta velocidad y los precios del servicio de conexión.

Al respecto, resulta alentador el esfuerzo de Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec) y del Fondo y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot) para poner a disposición de las familias mexicanas de escasos recursos computadoras con un costo inferior a 4,000 pesos financiadas con créditos a tasas preferenciales, y el programa de Telmex para facilitar la adquisición de equipos de cómputo, financiándolos hasta por tres años, mediante el cual se han suministrado más de 1.2 millones de computadoras. Sin embargo, un factor crucial que también debe ser corregido son los elevados precios del servicio DSL en México.

Al respecto, diversos analistas han estimado que Telmex oferta sus servicios a un costo promedio de 32 dólares mensuales por megabit de velocidad por segundo (1Mbps), mientras que en Reino Unido se proporciona ocho veces más velocidad (8Mbps) por 48 dólares mensuales, lo que equivale a seis dólares mensuales por Mbps, en Estados Unidos se ofrece el servicio a una velocidad seis veces mayor (6 Mbps) por 35 dólares, es decir, 5.83 dólares mensuales por Mbps.

Otro ejemplo, al respecto fue señalado por Rafael del Villar, mismo que debería ser comparado con los paquetes de servicios de banda ancha ofrecidos en México. En España Oracle arrienda las líneas de abonado local de Telefónica y ofrece a sus usuarios un paquete que incluye servicios de banda ancha a una velocidad de 20 Mbps (velocidad cinco veces mayor a la más elevada que ofrece Telmex de 4Mbps), llamadas locales y de larga distancia nacional ilimitadas, así como 1,000 minutos de llamadas de larga distancia internacional a 25 países a un precio de 540 pesos mensuales.

Fuente: El Economista, Fernando Butler Silva, México