Las personas siguen valorando más la empatía cuando creen que proviene de otro ser humano, incluso si en realidad la respuesta fue generada por inteligencia artificial.
Una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, publicada en la revista Nature Human Behaviour, reunió a más de seis mil participantes en nueve experimentos para analizar si cambia la percepción de la empatía dependiendo de si la respuesta se atribuye a una persona o a un chatbot.
El estudio reveló que las respuestas asociadas a seres humanos se perciben como más solidarias, con mayor carga emocional y más afectuosas que aquellas generadas por modelos de lenguaje, a pesar de ser idénticas en contenido.
Todas las respuestas fueron elaboradas por inteligencia artificial, pero los participantes calificaron sistemáticamente como más empáticas, solidarias y satisfactorias las que creían que venían de personas.
Según los investigadores, aunque la IA puede generar mensajes que suenan empáticos, la mayoría de la gente prefiere sentir que hay otro humano que realmente entiende y se preocupa.
Esta preferencia fue más fuerte cuando las respuestas incluían señales de conexión emocional y atención genuina, no solo comprensión lógica.
Incluso hubo quienes estuvieron dispuestos a esperar días o semanas para recibir una respuesta humana, en lugar de obtener una inmediata proveniente de un chatbot.
Además, cuando los participantes sospechaban que una respuesta supuestamente humana había sido editada o creada con ayuda de IA, sus reacciones emocionales eran menos positivas.
Hoy en día es común que muchos mensajes se redacten con apoyo de herramientas de inteligencia artificial, pero este estudio advierte sobre un costo oculto: mientras más se depende de estas tecnologías, más se corre el riesgo de que las palabras pierdan autenticidad.
A medida que crece la percepción de que los mensajes están generados por IA, también disminuye la conexión emocional y la sensación de sinceridad.
Aunque la inteligencia artificial puede ser útil en educación, salud y atención psicológica, el estudio deja claro que en situaciones donde se necesita una conexión emocional profunda, las personas siguen prefiriendo una respuesta con toque humano.