La inteligencia artificial (IA) capturó rápidamente la imaginación del público en general, en gran parte gracias a los chatbots.
Sin embargo, cuando se trata de las grandes empresas que trabajan para llevar esta tecnología al mayor número de personas, debemos ser realistas: su principal objetivo no es entretenernos, sino monetizarnos.
Este hecho quedó claramente evidenciado en los informes de ganancias de Meta, Alphabet y Snap, tres de las mayores empresas centradas en el consumidor que compiten por el liderazgo en herramientas de inteligencia artificial orientadas al consumo.
Estas tres empresas están bajo presión de los inversionistas para impulsar sus negocios de publicidad digital, que son las divisiones que financian el desarrollo de la IA. Como respuesta, todas ellas han tenido que realizar recortes significativos en su personal y en proyectos que no generan ingresos.
Cuando se trata de tecnologías futuras como la IA, la conversación se centra rápidamente en convencer a Wall Street de que la inversión valdrá la pena en términos de generación de ingresos.
Los comentarios de los ejecutivos a menudo se mezclan con un lenguaje que comunica a los inversionistas que están enfocados en los resultados finales, y que el futuro de la tecnología se perfila como una lucha constante entre el valor de las acciones a corto plazo y el valor a largo plazo.
La directora financiera de Meta, Susan Li, mencionó: ‘Reconocemos que debemos ganar la capacidad de invertir en todas esas cosas generando un crecimiento consolidado de los ingresos operativos a lo largo del tiempo’.
Por otro lado, Mark Zuckerberg comentó: ‘Por supuesto, cada vez que hay más participación en las aplicaciones, se crea una mayor oportunidad de una mayor monetización’, haciendo referencia a los chatbots de inteligencia artificial de la compañía.
La era de las redes sociales y la economía colaborativa ha permitido conectarnos de formas y con personas que antes no imaginábamos, pero ahora las empresas están utilizando la IA para crear chatbots que responden a los mensajes más rápido que un ser humano, producir publicidad creativa de manera más rápida con generadores de texto e imágenes de IA, y dirigir anuncios a personas con más probabilidades de comprar o hacer clic en ellos. La experiencia del usuario cambia mínimamente, pero el valor en las plataformas tecnológicas aumenta, y las grandes empresas tecnológicas finalmente obtienen beneficios.
Si bien es cierto que todavía estamos en las primeras etapas de la era de la inteligencia artificial, ya se están estableciendo los principios rectores sobre qué tipo de IA se producirá. Para las grandes empresas tecnológicas, la prioridad número uno parece ser la rapidez con la que pueden aumentar los ingresos. Esto implica satisfacer a una audiencia (los accionistas) cuya principal preocupación no es la innovación, sino el aumento del valor de su inversión.
Si los accionistas son las partes interesadas más importantes, depende de los equipos de liderazgo de las empresas inspirar confianza en que construir algo interesante vale la pena. Por ahora, parece que la imaginación está escaseando.