Casio, el precursor de una industria relojera moderna se cimbra ante la innovación y el cambio digital. El que podría considerarse precursor de los smartwatches, reposa ahora en su museo en Tokio, teniendo ante sí el tráfago de acontecimientos que ocurren en la industria y los mercados relojeros mundiales.
Entre objetos que ahora son antigüedades, el reloj Casio se manifiesta como un icono en el proceso histórico de la evolución tecnológica. Algunas de sus funciones pioneras hoy se mantienen en el competido mercado de los relojes inteligentes.
Sus nostálgicas manecillas todavía se mueven, no sólo marcando el paso del tiempo, sino diciendo ‘aquí estoy’ y saludando el paso de la nueva era digital.
La marca japonesa sigue acumulando ventas que registran más de 1,300 millones de dólares en todo el mundo.
Los dispositivos Casio han marcado el ritmo del innovación, con funciones como sensores para medir la velocidad, consumo de calorías, apagado de televisores, reproducción en video, y más tarde, sensores de rayos UV, cámara fotográfica, grabadora, etc.
Actualmente, Casio ha resuelto priorizar el desarrollo de relojes analógicos con funciones digitales, lo cual le ha permitido alcanzar las ventas más altas.
El protagonismo de la firma nipona se manifiesta en la enorme competencia que se ha desatado en la industria relojera, que de hecho ha iniciado una nueva era sin fronteras ni derroteros que permitan prever su evolución tecnológica y la configuración de la industria.
Incluso en Suiza, la Meca de la relojería, la industria se prepara con una variedad de propuestas para enfrentar la inminente avalancha de relojes, que provocada en gran medida por el Apple Watch, estará presente en las vitrinas del país europeo -sede de marcas como Rolex y Patek Philippe.
Según algunos expertos, se avecina la ‘era de hielo’ para la industria relojera suiza, a la cual le tomará tiempo enfrentar a marcas altamente competitivas.
Diversas empresas como Swatch, el consorcio LVMH, Mont Blanc, IWC y otros corporativos, se apresuran a subirse a un tren en marcha que viaja a toda velocidad y que ya trae consigo su propia dinámica de innovación, cimbrando todo lo que encuentra a su paso.
