Si bien la adopción de la inteligencia artificial (IA) por parte de las organizaciones es aún incipiente, cada vez más voces se unen en favor de su adopción, ante el descubrimiento paulatino de su poder de cambio y progreso en las instituciones y la sociedad en su conjunto.
De hecho, según un estudio de Vanson Bourne y Teradata a nivel global, el 80% de las empresas encuestadas está implementando o bien tiene planes de invertir en IA.
Sin embargo, el 40% de las organizaciones que participan en el estudio admiten que carecen de una infraestructura de TI para enfrentar el cambio tecnológico, y el 34% coincide en que no tiene acceso al talento y los profesionales necesarios para impulsar un proyecto de IA que les brinde garantías de éxito.
De las empresas investigadas, el 30% alude a la falta de presupuesto y el 28% argumenta limitaciones por complicaciones regulatorias y políticas que ralentizan el cambio.
Si bien se avisoran los grandes beneficios que aporta esta tecnología a las empresas en términos de eficiencia operativa, rentabilidad, experiencia del cliente y validación del modelo de negocio, aún falta una postura visionaria por parte de la gestión directiva para el sumir y liderar un cambio que más temprano que tarde habrá de ocurrir, a riesgo de poner en peligro la continuidad de las organizaciones.