Nuevos competidores y plataformas como consolas de videojuegos, distribuidoras digitales de contenidos bajo demanda o motores de búsqueda en la web amenzan el futuro de la televisión tradicional que durante décadas vio florecer un negocio redondo.
Hasta hace pocos años, la pequeña pantalla era sinónimo de grandes cadenas televisivas que llegaban a los hogares de todo el planeta a través de la distribución lineal de contenidos.
Pero el siglo XXI, con el desarrollo exponencial de la transmisión de datos a través de internet y la llegada de los teléfonos inteligentes y las tablets, han transformado rápida y profundamente el panorama audiovisual.
La televisión solía ser una caja negra, con unos cuantos canales disponibles para los televidentes, pero hoy no hay fronteras entre cine, televisión y otras plataformas porque todo es muy intercambiable, explica el presidente de Sony Pictures Television, Steve Masko, quien también opina que las nuevas tecnologías están obligando a los grandes grupos de televisión a transformarse vertiginosamente para sobrevivir en uno de los negocios más dinámicos que existen y en un contexto en el que la televisión es global y donde hay que diseñar el contenido pensando en cómo vaya a funcionar en el mundo.
Actualmente, tiendas digitales como Amazon o sitios de contenidos streaming como Netflix han creado estudios de producción, mientras que Sony está produciendo ‘Powers’, una serie de gran presupuesto concebida para distribuirse a través de la PlayStation, mientras que motores de búsqueda como Yahoo construyen un catálogo de televisión a la carta.
En opinión de Emilio Azcárraga, presidente del Grupo Televisa, es prioritario penetrar en las nuevas plataformas de consumo audiovisual, como computadoras, tablets o teléfonos, pero ‘sin olvidar que la producción de contenido no puede ser igual para todas ellas’.
Pero la televisión tradicional, la que solía situarse frente al sofá en la sala de los hogares, aún está muy lejos de desaparecer tal y como la conocemos.
En Holanda, por ejemplo, sigue representando el 76%, frente un 9% de la audiencia que ve televisión en computadoras de escritorio, un 7% que lo hace en computadora portátil, un 4% en la tablet y otro 4% en el móvil, según los estudios de Eurodata.
‘La gente todavía ve televisión tradicional unas tres horas al día, en promedio. Pero tentemos que aferrarnos a los nuevos usurarios y ofrecerles servicios’, asegura Jeanne Croiger, responsable de marketing del departamento de televisión bajo demanda de la empresa de telecomunicaciones francesa Orange, aliada ahora con Netflix.
Probablemente, el cambio sea imparable y el futuro de la televisión agregará el prefijo ‘multi’ a todas las palabras relacionadas con el sector: pantalla, formato, contenido…