En tanto que en Uber se perciben vientos favorables, en los negocios clásicos existe cierto temor. El presidente de AccorHotels, Sébastien Bazin, anticipa una pérdida de empleos en el periodo de transición, así como problemas de adaptación de las plantas de personal.
«Un tercio de los cuadros medios de Accord rechazan la adaptación, se resisten al cambio. A mí me hubiera gustado inventar Airbnb y nosotros nos estaríamos adaptando, pero yo quiero participar en la economía colaborativa y esto no es una amenaza», comentó Bazin.
Valèr Pelletier, Director de estrategias e innovación de la RATP, comenta que «ha cambiado la cadena de valor, ya no valen tanto las infraestructuras como la intermediación».
Un ejemplo claro, es Alibaba, el gigantesco distribuidor chino que no tiene productos que vender, pero cuyo valor es de 192,000 millones de dólares, es decir 10 veces más que el de Carrefour.
Nigel Baas, participante en el debate de Viva Technology, opina que «es el servicio el que da valor. Lo importante es mejorar la vida de los clientes, explotar todo el capital humano con ayuda de la tecnología es maravilloso. Nosotros tenemos el contacto directo con los clientes. Sabemos que es lo que quieren y qué es lo que les decepciona».
El cambio tecnológico va a la velocidad de la competencia e impone la necesidad de reinventarse. «Siempre habrá nuevas generaciones de perturbadores», comenta Cudahy, otro participante en el debate.
Viva Tech es un evento que pretende convertirse en una referencia mundial en el campo tecnológico, al que han participado 5000 startups, 100 empresas y 17 laboratorios de investigación.
Con información de El País
