La Unión Europea (UE) anunció que pondrá a disposición de las empresas dedicadas al desarrollo de inteligencia artificial (IA) sus supercomputadoras de alto rendimiento.
Esta iniciativa busca promover el avance de la tecnología de IA, que ofrece amplias posibilidades pero también plantea riesgos éticos.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, hizo este anuncio durante su discurso sobre el Estado de la Unión en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia.
Von der Leyen destacó que la IA tiene el potencial de mejorar la atención médica, aumentar la productividad y abordar el cambio climático, pero subrayó que no se deben subestimar las amenazas que plantea.
Hizo referencia a las advertencias de destacados desarrolladores, académicos y expertos en IA sobre la importancia de mitigar los riesgos asociados a esta tecnología, al igual que otros riesgos globales como las pandemias y la guerra nuclear.
La presidenta de la CE enfatizó la necesidad de guiar de manera responsable el desarrollo de la IA, que está avanzando a un ritmo más rápido de lo esperado. Propuso que la UE y sus socios lideren la creación de un nuevo marco global para la IA basado en tres pilares: regulación, gobernanza y dirección de la innovación.
En el ámbito de la regulación, Von der Leyen mencionó la Ley de Inteligencia Artificial impulsada por la UE, que busca que la tecnología se desarrolle de manera transparente, responsable y centrada en el ser humano. Instó a que estas normas sean adoptadas lo antes posible.
En cuanto a la gobernanza, propuso la creación de un organismo similar al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que evaluaría los riesgos y beneficios de la IA para la humanidad con la colaboración de científicos, empresas tecnológicas y expertos independientes.
En el tercer pilar, relacionado con la dirección de la innovación en IA de manera responsable, Von der Leyen resaltó el liderazgo de la UE en supercomputación, con tres de las cinco supercomputadoras más potentes del mundo. La apertura de estas supercomputadoras a empresas de IA es parte de la estrategia para guiar la innovación.
La presidenta de la CE también abogó por un diálogo abierto con las empresas que desarrollan y utilizan esta tecnología, similar a las normas voluntarias de seguridad y confianza que se han acordado en Estados Unidos. Su objetivo es unificar estos esfuerzos en torno a normas globales mínimas para el uso seguro y ético de la IA.