Era de esperarse que el Acuerdo de Convergencia impactara en los planes de negocios futuros de las empresas encajadas en el sector de las telecomunicaciones. Y es que abre un sinfín de ecuaciones y un mercado multimillonario
Fiel a su destreza empresarial, Carlos Slim Helú detectó anticipadamente que así como acotaría su influencia en el rubro de la telefonía, le abría otros mercados, como el de la televisión restringida.
Por ello, hace unos días el de Grupo Carso lanzó la propuesta a la familia Vargas de comprar la división telecomunicaciones de MVS, integrada primordialmente por frecuencias en la banda que va de los 2.5 a los 2.7 gigahertz.
Slim envió a Arturo Elías Ayub a manifestar formalmente el interés de comprar. El interlocutor fue Ernesto Vargas Guajardo, el estratega de los nuevos negocios del grupo. Hasta donde se sabe, el asunto está a discusión en la familia.
En el ínter Joaquín Vargas Guajardo, presidente de MVS, se entrevistó el lunes antepasado con Eduardo Pérez Motta para conocer una primera impresión y opinión de la Comisión Federal de Competencia.
Trascendió que una condición básica para que la venta pudiera darse tiene que ver con la participación que Slim tiene en el capital de Televisa. El dueño de Telmex necesariamente tendría que desinvertirse del consorcio de Emilio Azcárraga.
Sin embargo, el organismo antimonopolios modificó su postura. Las declaraciones ayer de Pérez Motta, de impedir a Telmex comprar redes alámbricas o inalámbricas, cayeron como balde de agua helada en el equipo de Slim.
Y es que el de Carso perdería la oportunidad de acortar los tiempos para entrar al negocio de la televisión. MVS le aportaría cerca de 160 megahertz, no sólo para trasmitir video, sino internet y más telefonía inalámbrica vía la tecnología Wi-Max.
Esto último es relevante, porque le cerraría el paso a otras telefónicas como Axtel de Tomás Milmo, Unefon de Moisés Saba, Telefónica de Miguel Menchen, Iusacell de Gustavo Guzmán y Nextel de Peter Foyo, un avance por ese frente.
Tras la compresión digital que los Vargas han efectuado en los últimos años, de los 32 canales que venían ocupando liberaron 28. El espectro del que disponen les permitiría hacer muchos negocios, sólo que intensivos en capital.
Precisamente porque se requieren inversiones millonarias evalúan replegarse al negocio de la radio y los restaurantes y dejar a un grupo con más poderío financiero todas las frecuencias de MMDS que poseen.
Hay quienes se aventuran a estimar que el negocio de telecomunicaciones de los Vargas oscila entre 800 y mil 200 millones de dólares. Slim no duda de la oportunidad que tiene ante sí. El problema es la Cofeco.
Fuente: Reforma, Darío Celis Estrada
