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Las subastas de 3G en Holanda y Alemania

En la subasta holandesa de espectro para 3G se pusieron cinco concesiones a la venta y a diferencia del caso inglés, no se consideró necesario que el número de concesiones (cinco) fuera mayor que el número de empresas celulares establecidas (cinco) debido a que tanto la autoridad de competencia, como el regulador, consideraban que existía un alto grado de competencia en el mercado móvil holandés.

Inicialmente 10 operadores solicitaron participar, pero dos de ellos se unieron a una empresa establecida y dos más abandonaron la subasta. Al final, sólo participo una nueva empresa: VersaTel, la cual desde el principio fue considerada un jugador débil.

La subasta duro 13 días y tuvo 305 rondas y VersaTel no logro superar las ofertas de sus rivales. Como en el caso inglés, las mayores concesiones fueron vendidas a los mayores precios y concesiones similares por precios similares.

El gobierno Holandés no logro alcanzar sus metas financieras en la subasta al quedar sus ingresos obtenidos claramente por debajo de los esperados.

Por su parte, a diferencia de los casos inglés y holandés, en la subasta alemana no se predetermino el número «correcto» de concesiones, ya que la agencia reguladora alemana adopto un diseño flexible. Los participantes no presentaban ofertas por concesiones sino por bloques de espectro.

El regulador puso en venta un total de 12 bloques de espectro y un participante podía obtener una concesión si conseguía al menos dos bloques, pero no podía adquirir más de tres; la exacta localización de éstos seria determinada al final de la subasta para asegurar que ningún participante pudiera obtener bloques adyacentes.

Las reglas de la subasta alemana implicaban que tanto el número de concesiones como su capacidad estarían determinados por las estrategias de los participantes, por lo cual el número de operadores podía variar entre cuatro y seis.

Esta elección del regulador alemán buscaba generar una solución de mercado justa y no discriminatoria al problema de encontrar una estructura industrial óptima.

El formato de la subasta fue del tipo ASA. Asimismo, debe observarse que una segunda subasta tendría lugar inmediatamente después de la primera, para asignar más bandas de espectro no par, además de bloques que no se hubieran vendido en la primera subasta debido, por ejemplo, a que el participante con la oferta más alta no hubiera podido asegurar un segundo bloque, caso en el cual el participante no hubiera tenido que pagar y la subasta comenzaría de nuevo.

La subasta alemana duro 14 días y tuvo 173 rondas y origino más de 45,000 millones de dólares, más de 10,000 millones de lo recaudado en el Reino Unido.

Spicer señalo que el éxito de una subasta debe ser juzgado en función de múltiples objetivos: asignación rápida de concesiones, rápido lanzamiento de nuevos servicios, satisfacción de los participantes, compensación adecuada por un recurso público y la creación de un sector más competitivo y dinámico. Él observó que puede considerarse que se tuvo éxito si varios de estos objetivos, aunque no todos, son alcanzados. El próximo año podremos evaluar si las subastas que llevara a cabo la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) tienen éxito o no.

Fuente: El Economista, Fernando Butler Silva, Presidente del Colegio Nacional de Economistas