En un futuro, las guerras dependerán más de la alta tecnología que de las armas pesadas, con artefactos como láseres de alta precisión, cañones microondas y drones para la evacuación de soldados heridos.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos presentó sus últimos avances en esta materia durante el evento ‘Spotlight Exhibit’, donde se dieron a conocer algunos de los proyectos en los que han estado trabajando laboratorios de todo el mundo en colaboración con las Fuerzas Armadas estadounidenses.
‘Estos son los sistemas que veremos en el futuro, señaló el ingeniero Robert Snead, quien colabora con el Comando de Desarrollo de Tecnología de Combate del Ejército en el desarrollo de vehículos equipados con armamento láser, capaz de vulnerar un blindado.
Este proyecto permitirá a los soldados abrir fuego con gran precisión sobre objetivos situados a una gran distancia.
‘Estamos ahora trabajando con objetivos como pequeñas piezas de artillería y vehículos todoterreno, elementos que no podemos atacar fácilmente con los sistemas que tenemos actualmente’, puntualizó Snead, quien dijo, además, que algunos de estos equipos ya están listos para entrar en combate.
Otra de las grandes necesidades militares en estos momentos es el aumentar la funcionalidad de sus vehículos, que en la medida de lo posible serán no tripulados.
Este es el caso del todotorreno en el que trabaja el capitán Daniel Harder, del Ejército de Tierra.
‘Es como una camioneta por control remoto; puedes usarlo para transportar material, puedes emplearlo como vehículo militar… Es una plataforma multiusos’, aclaró.
Aunque aún está en desarrollo, Harder considera que, gracias a la participación de diversas ramas de las Fuerzas Armadas, la cantidad de usos que se podrá dar a este vehículo, cuyo tamaño y aspecto se asemejan al de una tanqueta, pueden ser casi ilimitados.
Por el momento, están probando su utilidad como plataforma lanzamisiles, automóvil de carga e incluso como un helipuerto móvil para vehículos no tripulados de tamaño medio.
Algo más grande, pero igualmente no tripulado, se espera que sea el ARES, un dron de gran tamaño concebido principalmente para la evacuación de soldados heridos en el frente.
‘Hay ocasiones en que nuestros helicópteros se ven retrasados o no reciben la autorización para volar, de manera que si podemos emplear vehículos no tripulados, los heridos tendrán muchas más opciones de supervivencia’, comentó Nathan Fisher, científico del Comando de Investigación Médica de las Fuerzas Armadas.
Fisher reconoció que este recurso no es ideal, puesto que ‘el herido no contaría con personal cualificado’ en su evacuación, pero aseguró que en cualquier caso es un escenario mejor que dejarle en el frente a la espera de una ayuda que podría no llegar a tiempo.
‘A veces poder llevar a un herido a un hospital es el factor más importante de la ecuación’, dijo Fisher.
En un escenario de combate cada vez más dominado por los vehículos no tripulados, se vuelve casi imprescindible una herramienta capaz de hacerles frente. En eso trabaja, precisamente, el teniente James Wyner.
La Fuerza Aérea, explicó Wyner, está desarrollando el proyecto Thor, un sistema ‘único’ capaz de derribar grupos de drones.
‘Básicamente lo que hace es enviar una onda expansiva de radiación microonda, que anula los sistemas electrónicos de los aparatos, que consecuentemente caen al suelo’, detalló.
Este sistema, que necesita ser transportado en una especie de contenedor equipado con una antena y cuyo rango de acción es similar al de un arma de corto alcance, se encuentra en su última fase de desarrollo y en septiembre será sometido a los últimos test.
Además de estos proyectos, el Departamento de Defensa presentó sus últimos avances en tecnología hipersónica, satélites, gafas de realidad virtual o equipos de exploración subacuática de bajo costo.