El talento joven representa un motor clave para la innovación y el crecimiento económico, pero muchos emprendedores buscan oportunidades en otros países ante la falta de apoyos locales. Para revertir esta tendencia, se necesita un esfuerzo conjunto entre instituciones y los propios jóvenes emprendedores.
En Canadá, expertos señalan que mejorar las estrategias de incentivo y reducir los riesgos del camino emprendedor son pasos fundamentales. Los jóvenes, por su parte, deben aprender a sentirse cómodos con el fracaso y a desarrollar habilidades que no se enseñan en la escuela, sino que se adquieren con la práctica.
Uno de los aspectos esenciales es enfocarse en problemas y necesidades reales del mercado para identificar oportunidades, especialmente en sectores emergentes como la inteligencia artificial, donde la competencia aún es limitada. Sin embargo, es importante entender que es poco probable acertar desde el primer intento; el proceso de ensayo y error es parte del aprendizaje.
Rob Ironside, CEO de la aceleradora de startups League of Innovators, explica que estas experiencias son cruciales, ya que permiten adquirir habilidades difíciles de obtener sin práctica. Además, advierte que centrarse demasiado pronto en temas como la repartición de acciones puede desmotivar a los jóvenes e impedir que desarrollen sus capacidades.
El objetivo de League of Innovators es hacer tangible el camino hacia el éxito de los emprendedores. Ironside menciona el ejemplo de Ryan Holmes, empresario originario de Vancouver, quien alcanzó el éxito tras experimentar con varios negocios, desde una pizzería y un campo de paintball hasta una agencia web, antes de fundar Hootsuite, una plataforma de gestión de redes sociales valuada hoy en mil millones de dólares.
El propósito de la aceleradora es reducir el tiempo que tarda un joven emprendedor en alcanzar el éxito a entre 2 y 3 años, permitiendo que Canadá retenga su talento innovador en lugar de perderlo frente a otros mercados.
Por lo general, las ideas iniciales de los emprendedores cambian con la experiencia, lo que demuestra que el proceso es tan valioso como el resultado. La experiencia de construir un negocio, incluso si fracasa, tiene un gran valor profesional, ya que un emprendedor que invierte varios años en desarrollar una empresa resulta más atractivo para los empleadores que alguien con solo un título universitario en negocios.
Las habilidades adquiridas a través del emprendimiento son altamente valoradas en la economía actual, especialmente aquellas que permiten adaptarse a los cambios y mantenerse vigentes en el futuro.

















