La compañía Starship acaba de cumplir 50,000 envíos a domicilio con autómatas que hacen entregas a domicilio.
Se pueden pedir entre 10 y 20 kg, el equivalente a tres bolsas de supermercado y en unos minutos un androide con forma de caja blanca con algunos detalles en negro, con una cámara frontal y tres ruedas a cada lado accionadas por una batería eléctrica, aparecerá en la puerta de la casa por 1.16 euros.
Actualmente, estos robots de Starship están programados para recorrer 6 km, aunque la compañía planea ampliar el radio de entrega.
Los autómatas se estacionan en la entrada de las oficinas de la empresa o regresan las entregas cuando pueden recibir otro pedido y cambian de ruta por la tienda a la que han de dirigirse.
El robot llega al comercio para recoger el pedido, el dependiente es el encargado de introducirle el compartimento con una aplicación móvil que desbloquea y bloquea el lugar donde se ubica la carga. Desde el momento en que se realiza el pedido hasta que llega, el usuario controla mediante la aplicación donde se encuentra a cada momento (igual que las empresas con mensajero humano).
Una vez que el robot llega a su destino programado, el usuario desbloquea la tapa del robot a través de la aplicación, y después la cierra para volver a bloquear el compartimento.
“El androide reconoce cualquier cruce de calle a través de su conjunto de sensores y cámaras, y espera a que sea un cruce seguro. El robot utiliza radar, ultrasonidos, cámaras de tiempo de vuelo y máquina de aprendizaje para entender el mundo que le rodea”, apunta Lex Bayer, CEO de la compañía.
El robot, además posee medidas de seguridad para evitar su robo o de la carga con alarmas o cámaras. “El robot también puede emitir mensajes de voz para alertar a la gente de cualquier hurto”, asegura Bayer.
El androide también es rastreado y monitoreado remotamente por el personal de la empresa que puede tomar el control de la máquina si se diera el caso. “El único incidente que recuerdo es que unos niños trataron de llevárselo y cuando sonó la alarma salieron corriendo”, añade Bayer.
El CEO asegura que una de las ventajas del envío con este sistema es la eliminación de las notas de entrega o evitar ir a correos y hacer fila para recibir un paquete, aunque la gran mayoría de los productos que entrega el robot son comida preparada y alimentos de supermercado como pan, leche y chocolates, que es lo que más pide el público”.
En el Reino Unido, Starship opera en Milton Keynes, entregando artículos de tres tiendas de la ciudad.
Los robots también se pueden ver por las calles de Tallin, Estonia, donde también se encuentra en laboratorio de investigación y desarrollo de la compañía.
Los autómatas también circulan de forma autónoma por las fábricas de Daimler y Volkswagen en Alemania.
Por otra parte, Swing, una rama de la empresa matriz de Google Alphabet, ha conseguido permiso para operar un servicio de entrega domicilio con drones en Canberra, la capital de Australia.