El Gobierno de la Comunidad de Madrid está impulsando un laboratorio de datos que lleva el nombre de CitizenLab, con el cual se busca entender mejor el comportamiento ciudadano.
El proyecto pretende reunir datos, buscar patrones y ofrecer predicciones para mejorar la vida de los madrileños. Sus principales objetivos serán mejorar la automoción y la movilidad, la atención sanitaria, el turismo y las infraestructuras.
Este proyecto, con un costo de 8 millones de euros durante cuatros años, se presentó en la sede de la consultora Grant Thornton, principal impulsor privado. ‘No se está haciendo nada parecido en España de esta dimensión’, dijo Antonio García Lozano, socio director de Innovación de la compañía.
Tras la reciente polémica por el proyecto del INE de capturar los datos de telefonía móvil de los españoles durante ocho días para analizar su movilidad, los impulsores de CitizenLab están siendo extremadamente cautos sobre el origen de los datos que usarán: ‘son datos de fuentes abiertas y anonimizados’, dijo Carlos González Luis, socio de consultoría del sector público. ‘No habrá de momento nada procedente de telefonía’.
En el mundo de los datos, hay montones de información agregada y anonimizada que debería ser pública, pero no lo es por falta de recursos para organizarla o por falta de esmero a la hora de presentarla en una web.
A menudo, encontrar los datos es bucear en absurdas páginas de varios gobiernos locales u hospitales. CitizenLab puede facilitar este proceso debido a su capacidad para entrar en despachos de organismos públicos y pedir datos que necesiten para completar un análisis. CitizenLab luego modelará esos datos para buscar sus conclusiones, pero con esa sencilla gestión, más datos irán pasando a ser públicos.
El contexto inicial de este proyecto no permite el uso de datos aún no públicos, pero es evidente que habrá proyectos paralelos o posteriores donde se vaya avanzando discreta pero inexorablemente hacia un modelo más comprensible y abierto. Hoy hay enormes bases de datos pendientes de organizar y pulir para que estén disponibles para investigadores, empresas o políticos.
Una vez ordenadas, hay que saber qué puede hacerse con datos para aplicar a la mejora de la vida de los ciudadanos. Esto puede parecer obvio, pero no lo es: qué variables pesan más para saber por qué unas urgencias pediátricas se bloqueen en determinadas horas de la semana o es algo que las autoridades deberían saber. Hoy es poco probable que lo sepan con certeza. Lo mismo puede decirse para construir estaciones de metro, carriles de bicicleta u organizar boletos múltiples de museos para turistas. Todo está por mejorar.
Algunos ejemplos de casos de uso hipotéticos para Madrid son, según González Luis, cómo mejorar las listas de espera en hospitales o los servicios de urgencia. CitizenLab presentará en público sus primeras investigaciones.
Los impulsores de este proyecto prevén que la plataforma pública de datos esté disponible en 2021. Además de mejorar la gestión de la vida de los madrileños, CitizenLab espera poner en manos de startups sus proyectos para que lleven beneficios para todos.