Las llamadas completadas alcanzan hasta el 98% a finales de 2010
La calidad en los servicios de voz que ofrecen a los usuarios Telcel, Telefónica, Iusacell, Unefon y Nextel en la ciudad de México mejoró a finales del 2010, cuando la completación de llamadas llegó a niveles de 93 a 98%, de acuerdo con la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel).
De acuerdo con los resultados de las pruebas de calidad de las redes móviles en el 2010 en el Distrito Federal realizadas por la Cofetel, el porcentaje de completación de llamadas de Telcel fue de 98.38%; Telefónica, 98.79%; Iusacell, 95.60%; Nextel, 95.45%, y Unefon, 93.33 por ciento.
Para obtener los resultados de los indicadores aplicables a las llamadas telefónicas, la Cofetel realizó un muestreo estadístico que arroja resultados con confianza de 95% y margen de error de ±1.05 por ciento.
Las llamadas telefónicas se realizaron de teléfono móvil a móvil de la misma empresa y tecnología; la calidad de audio se midió conforme al Mean Opinion Score, el cual representa la calidad con que se escucha una conversación telefónica.
Recientemente, la Cofetel aprobó el Plan Técnico de Calidad del Servicio Local Móvil, a partir del dictamen final de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria; el plan evaluará servicios de voz, acceso a internet y mensajes de texto.
Con dicho plan se pretende transitar de un modelo donde la medición e información provienen exclusivamente de las redes de los operadores móviles hacia un modelo sustentado en mediciones a cargo de la Cofetel.
Escala subjetiva
Para las pruebas, la Cofetel utiliza como escala de medición desde 1, que representa muy mala calidad, a 5, que representa excelente calidad de audio. “Sin embargo, este indicador es subjetivo, por lo tanto puede diferir de la percepción de los usuarios”, de acuerdo con la Comisión.
En Monterrey, por ejemplo, el porcentaje más bajo en completación de llamadas lo presentó Nextel con 95.69%; le siguen Unefon con 99.07%; Telefónica, 99.39%; Iusacell, 98.49%, y Telcel, 99.62 por ciento.
Fuente: El Economista
