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Microsoft derriba paredes para crear Windows 7

Los programadores colaboraron durante tres años para lanzar el sistema operativo que debuta el jueves

Para lanzar su nuevo sistema operativo, a Microsoft Corp. no le bastaba con arreglar las fallas de su predecesor. La compañía también necesitaba enfrentar grandes fallas en su proceso de desarrollo de software.

El esfuerzo de tres años para crear Windows 7, que aparecerá en las tiendas el jueves, estuvo marcado por una colaboración más estrecha entre los varios equipos de tecnología que trabajaban en distintos aspectos del producto clave: reducir las fallas de comunicación que contribuyeron a los retrasos y defectos de Windows Vista, uno de los mayores traspiés de la empresa.

Steve Ballmer, el presidente ejecutivo de Microsoft, también les pidió a los desarrolladores de software que trabajaran más de cerca con los fabricantes de computadoras, como Hewlett-Packard Co. y otros jugadores del negocio de las PC, para prevenir el tipo de problemas que agobiaron a Vista.

Es demasiado pronto para saber los resultados del esfuerzo. Pero las primeras críticas favorables para Windows 7 han reestablecido cierta fe en que el gigante del software aún puede rendir bien en un negocio que representó más de la mitad de sus US$20.360 millones en ingresos operativos durante el último año fiscal.

«Creo que Microsoft sabía que con Windows 7 tenía que esforzarse más y corregir algunos errores», afirma Richard Barton, un empresario independiente de Seattle que trabajó para Microsoft en Windows y otros productos, durante la mayor parte de los 90. «Parece que lo están haciendo».

Uno de los rivales de Microsoft, Apple Inc., cree que Windows 7 creará una brecha que esperan aprovechar para atraer a más clientes a sus computadoras Macintosh, en parte por el tedioso proceso que implica actualizar las PC que funcionan con Windows XP al nuevo sistema operativo.

Philip Schiller, subdirector de marketing global de productos, dice que no está claro que Windows 7 haya superado las fallas de su predecesor. «Se dijeron muchas cosas parecidas sobre Vista antes de que llegara a las tiendas», señala Schiller. «Creo que debemos esperar y ver si realmente es tanto mejor».

La campaña fue liderada por Steven Sinofsky, un ejecutivo de Microsoft con 20 años en la empresa que había trabajado en su grupo de Office hasta 2006. Es un proceso que el ejecutivo compara con una gigantesca remodelación en la casa. «Windows no es muy diferente: es una cocina para mil millones de personas», dice.

Dos de las mayores fallas de Vista fueron que llevó demasiado tiempo -cinco años- y que el software crucial para acoplarse a impresoras, tarjetas de gráficos y otros hardware no estaba listo cuando el sistema operativo empezó a venderse. Por eso, los primeros clientes que compraron Vista no pudieron usar esos aparatos con sus PC.

Un problema clave fue que el equipo de Windows se había convertido en un conjunto rígido de silos -cada uno responsable de funciones técnicas específicas- que no compartían sus planes con el resto de los grupos. El código de programación que creó cada uno funcionaba bien por su cuenta, pero causaba problemas técnicos cuando se integraba con código creado por otros.

«En ese momento comenzaron los problemas», afirma Julie Larson-Green, una subdirectora corporativa y experta en interfaces de usuario que trabajó con Sinofsky en el grupo de Office. Para Windows 7, Sinofsky y Larson-Green presionaron a los desarrolladores para que compartieran sus planes ampliamente.

Ese enfoque ayudó al equipo de Windows 7 a concentrarse en un importante nuevo objetivo apodado «silenciar el sistema», consistente en minimizar las ventanas y burbujas de diálogo -como advertencias de seguridad- que aparecen en la pantalla durante la operación normal de la PC. Este tipo de mensajes molestos se convirtieron en uno de los aspectos más criticados de Vista.

En Windows 7, Microsoft redujo esos mensajes para que los usuarios se sientan más cómodos y con mayor control, señala Linda Averett, una directora de programa grupal de Microsoft encargada de poner en marcha el proyecto para silenciar el sistema.

Fuente: The Wall Street Journal