Como usted sabe, después de nueve meses, se lanzó el sistema de pagos por celular que llevará el nombre de Nipper (¡todo un parto!, ¿no?), pero lo interesante es que el FIMPE, que dirige Roberto Isaac Rodríguez, integrado por los bancos que participan en el mercado de adquirente (compras en negocios con medios electrónicos), decidió no esperar más por Telcel, de Daniel Hajj, que tendrá que negociar con cada banco el porcentaje de pago para recarga y contratación de adquirente.
Esto advierte que el poder de negociación que pretendió ejercer Telcel con sus 35 millones de celulares se topó con pared y si para noviembre no está listo para iniciar el proceso de pruebas para incorporarse a la red de pagos por celular del país, a realizarse no sólo con recargas sino con comercios, los usuarios serán los perdedores reales en este que ha resultado ser uno de los partos más difíciles en la historia del sistema de pagos nacional.
Fíjese, el pago por celular lo tuvo listo Bancomer, dirigido por Ignacio Deschamps, desde 2006 (lo lanzarían con el Celopago), y para poner de acuerdo a todos los bancos y luego de nueve meses de pruebas de seguridad demostradas ante la CNBV, que preside Guillermo Babatz, y el Banco de México, que gobierna Guillermo Ortiz, pues pasaron poco más de tres antes de tener lista la opción de pagos por celular, muy diferente a banca por celular.
Por lo pronto, el ganón es Movistar, que preside Francisco Gil, además de Iusacell, que dirige Gustavo Guzmán, ambos con un aproximado de 18 millones de celulares, y de los cuales cerca de 92 por ciento operan bajo la modalidad de prepago (unos 15 millones).
Si lo ve como incentivo para la portabilidad del número de una empresa telefónica a otra, puede ser más atractivo que el Iphone, para atraer usuarios de la telefónica que no ha decidido integrarse a esta red de pagos por celular.
Fíjese, se estima que un operador de telefonía celular podría reducir en 300 puntos base la comisión que paga a los vendedores y distribuidores de las tarjetas de prepago, cuya tarifa ronda entre 5 y 8 por ciento del valor de la compra.
Y mire que Inbursa, el brazo financiero del Grupo Carso, encabezado por Marco Antonio Slim, participa en esta iniciativa.
Cuentan que el sistema está listo y que Telcel ya se encuentra en pleno proceso de negociación, pero llama la atención que tarde tanto, porque al final limita la posibilidad de enlace del celular a una cuenta de débito o crédito, y de ahí a la bancarización de los pagos mediante celular hay sólo un pequeño paso.
Fíjese, si combina 70 millones de celulares con 55 millones de tarjetas bancarias de débito o crédito, existe una efectiva posibilidad de que se reduzca el uso de efectivo en México.
Según el Banxico, 70 por ciento de los pagos en nuestro país se realiza en efectivo y si considera que en julio el SAT, que encabeza Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, recaudó poco más de tres mil 800 millones de pesos por 2 por ciento del IDE (cifras brutas), se da cuenta del porqué es tan importante la iniciativa.
Hoy, dicen por ahí, que las sucursales ubicadas en la Central de Abasto han registrado una fuerte caída en la captación bancaria, ¡habrá que ver si la golondrina hace verano!
Fuente: El Financiero, Alicia Salgado, México