Nokia logró reducir su pérdida a 266 millones de euros en el primer semestre de 2018, frente a los 437 millones que perdió un año antes.
Según los resultados presentados hoy, la facturación del consorcio finlandés de telecomunicaciones bajó un 6% para situarse en 5,300 millones de euros.
Sin embargo, si se prescinde de efectos cambiarios, la baja de la facturación habría sido sólo de un 1% en el periodo.
El resultado operativo disminuyó un 42%, para quedar en 334 millones de euros.
La facturación en el negocio central de Nokia, las redes de telecomunicación, cayó, con respecto al mismo periodo del año anterior, un 6% y se situó en 4,693 millones de euros.
En el ramo de la venta de licencias de técnicas patentadas, la facturación disminuyó un 2% hasta 361 millones de euros.
Sin embargo, el presidente de la compañía, Rejeev Suri, espera una mejora de la situación en la segunda mitad del año.
Según Suri, el primer semestre transcurrió como era de esperar en un momento difícil para el sector.
La mayoría de los clientes ya han terminado con la adaptación de sus redes al estandar de 4G LTE, mientras que el 5G, que permitirá una transmisión de datos más rápida, todavía está en proceso de desarrollo.