A pesar de un entorno global desafiante para la inversión tecnológica, los sectores de pagos y de activos y monedas digitales se posicionaron como los principales receptores de capital dentro del ecosistema fintech en 2024, de acuerdo con el informe Pulse of Fintech H2’24 elaborado por KPMG.
Estos dos segmentos representaron una parte sustancial del total de los 95,600 millones de dólares invertidos en tecnología financiera durante el año, cifra distribuida en 4,639 transacciones a nivel global.
El sector de pagos captó 31,000 millones de dólares en 2024, casi duplicando los 17,200 millones registrados en 2023. Este crecimiento estuvo vinculado principalmente a movimientos de consolidación y defensa de participación de mercado por parte de actores ya establecidos, en lugar de la expansión de nuevos jugadores.
Las dos mayores operaciones del año estuvieron relacionadas con este sector: la compra de una participación mayoritaria en una firma estadounidense por 12,500 millones de dólares y la privatización de una empresa canadiense por 6,300 millones de dólares, ambas ejecutadas durante el segundo semestre del año.
En paralelo, los activos y monedas digitales registraron una inversión de 9,100 millones de dólares, superando los 8,700 millones alcanzados en 2023. Este monto representa el nivel más alto de inversión en el sector desde el auge observado en 2021, dejando fuera los resultados atípicos de 2022 y 2023.
Gran parte de estos recursos se destinaron al fortalecimiento de la infraestructura para mercados digitales, el desarrollo de tokens y la consolidación de activos digitales como instrumentos financieros viables.
El desempeño de estos sectores se dio en un contexto de contracción generalizada del financiamiento fintech. La inversión global cayó desde los 119,800 millones de dólares reportados en 2023, mientras que las operaciones de capital privado se desplomaron de 10,500 millones a solo 2,600 millones de dólares.
A pesar de esta desaceleración, pagos y activos digitales no solo resistieron la tendencia, sino que incrementaron su relevancia dentro del ecosistema de inversión.
Las proyecciones para 2025 son moderadamente optimistas. Con una mayor estabilidad en los mercados financieros internacionales y un entorno político más despejado tras múltiples procesos electorales, se espera que ambos sectores mantengan su atractivo.
En el caso de los pagos, se anticipa una continuación de las fusiones estratégicas, mientras que los activos digitales podrían beneficiarse del avance en iniciativas de tokenización y del crecimiento del interés institucional en monedas estables y sistemas descentralizados.
De acuerdo con KPMG, tecnologías como la inteligencia artificial y blockchain también contribuirán al fortalecimiento de estos segmentos, particularmente en lo referente a automatización de procesos regulatorios y seguridad transaccional. La evolución de estas tecnologías será clave para definir el perfil de riesgo y el potencial de retorno en un entorno de inversión cada vez más selectivo y orientado a la rentabilidad a largo plazo.