Busca la asociación, con el apoyo de Profeco y la Secretaría de Econonomía, impulsar el comercio electrónico y la privacidad de la información. Es el primer distintivo en México que promueve la protección de datos
La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) en colaboración con la Secretaría de Economía y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) presentaron el sello de confianza AMIPCI®.
La medida busca apoyar al comercio electrónico y el manejo de la información personal en Internet, precisa la AMIPCI en un comunicado.
El sello de confianza AMIPCI® es un distintivo único para sitios de Internet en México, que a través de un documento digital certificado, reconoce a aquellos negocios o instituciones que promueven el cumplimiento a la protección de la privacidad.
Objetivos del sello:
Impulsar el Comercio Electrónico en México. Procurar el uso correcto de información personal en sitios de Internet. Generar el respeto a las políticas de privacidad. Fomentar la confianza entre los usuarios de Internet, brindándoles certidumbre para realizar transacciones en línea. Procurar la disminución de algunas malas prácticas e ilícitos en Internet. Brindar un medio que distinga y respalde a los proveedores de bienes y servicios en línea.
Cómo se obtiene el sello
Los interesados deben presentar una solicitud a la Asociación, quien lleva a cabo una verificación de la existencia del sitio, de las líneas de contacto reales así como de políticas de privacidad y el compromiso a seguir su código de ética; los trámites se realizarán en: www.sellosdeconfianza.org.mx.
Noemí Flores, coordinadora de los Sellos de Confianza en AMIPCI, sostuvo señaló que las primeras instituciones en obtener el sello son: MercadoLibre, BBVA Bancomer, Consupermiso.com, HSBC, Secretaría de la Función Pública, Merkalink de Estafeta, Despegar, Ríos Abogados, ClicHoteles, DigaloConFlores, entre otros.
La duración mínima del Sello es de seis meses prorrogables; la AMIPCI llevará a cabo revisiones periódicas y en su caso ordenaría el retiro del Sello (tanto de sitios como de direcciones electrónicas), si el prestador de bienes o servicios no cumpliera con lo convenido en sus relaciones con los consumidores.
Fuente: El Economista
