¿Que impide que gigantes como Apple, Google o Facebook, con todos sus recursos y capacidades, compitan en el sector bancario?
Durante el VII Encuentro Financiero Expansión-KPMG, en el que se abordó el tema de las posibles causas que están frenando que los gigantes tecnológicos como Apple, Google y Facebook puedan competir con las entidades bancarias, los directivos de distintos bancos coincidieron en que el actual entorno de bajos tipos de interés con que opera el negocio bancario no es rentable para las tecnológicas.
El director ejecutivo de medios de Caixa Bank, Jordy Fontanals, señaló que independiente de que las grandes tecnológicas puedan operar, los bancos tradicionales tienen la ventaja de conocer al cliente y pueden utilizar toda la información a su alcance para ofrecerle las mejores propuestas. ‘Tenemos que poner el valor de la información y la relación con el cliente y seguir buscando alianzas que necesitamos para seguir aportando valor’, indicó.
En tanto que, el director de Estrategia e Innovación Tecnológica de Bankia, Ignacio Cea, insistió en que el negocio bancario no es ‘especialmente rentable en márgenes’, por lo que considera que los accionistas de las grandes tecnológicas podrían penalizar una posible entrada en el negocio.
Otro impedimento relevante para el abordaje de las tecnológicas en el sector financiero es la exigente regulación a la que deberían someterse, como lo señaló el COI de Banco Sabadell, Rudiger Schmidt. Frente a ello, las entidades tradicionales deberán apoyarse en el cliente, buscar nuevos nichos de valor y ‘colaborar y pelear’ con los nuevos jugadores.
Por su parte, la CIO de ING, afirmó que la información que los bancos tienen de sus clientes es el ‘carburante’ de las entidades, junto con el servicio que ofrecen.
A lo largo de las ponencias, los directivos han coincidido además en la posibilidad de que el dinero en efectivo desaparezca de manera paulatina, debido a las soluciones de pago a través del móvil y el poco éxito que se percibe para el futuro, debido a su ausencia de regulación.
Con información de El Economista.es