«Cuando llegan a la costa o a la playa, lo primero que requieren es comida, agua y mantas; pero enseguida, después de esto, todos hacen la misma pregunta: ¿hay cargadores y red para conectarse?», explica Oisin Walton, director de Vodafone Instant Network, cuyo equipo de especialistas se encarga de procurarles cargadores en primer lugar y después instalar una red WiFi en los campos de inmigrantes donde se alojan.
El proyecto, que es conocido como Instant Charge, lleva funcionando desde noviembre en los campos de Lesbos, Samos e Idomeni. En este periodo, 84,000 refugiados se han conectado a las redes WiFi instaladas, donde se han transmitido 13 millones de megabytes, lo que equivale a 15 millones de minutos hablados por WhatsApp, o a 1.7 millones de mensajes, según los datos oficiales de Vodafone.
Un refugiado pasa, según los últimos datos, 20 años de su vida media en un campo, lo que iba ser temporal se convierte muchas veces en algo habitual, señala el director del proyecto. Por esta razón se decidió acudir a los campos en el grupo más vulnerable: los niños.
De esta manera nació Instant Network Schools: una maleta de 52 kilos con la que se puede dejar en cualquier avión trayendo consigo una computadora, 25 tablets con un software educativo incluido, una altavoz y un módem 3G. Con este equipo y con la antena que instalan, un profesor puede dar una clase conectado a Internet desde cualquier parte del mundo.
Actualmente hay 18 escuelas en Kenia, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo que se benefician de este programa. Según los datos oficiales se habla de más de 60,000 jóvenes refugiados que se han beneficiado con este proyecto.
El objetivo es que estos niños, cuando salgan de los campos de refugiados, puedan tener un futuro. ‘Queremos reducir la brecha digital a la que se enfrentan por estar sobreviviendo en un campo’, explica Héctor Rincón, trabajador de Vodafone y voluntario del proyecto que llevó la red a uno de los mayores campos de refugiados del mundo, el de Daabad en Kenia.
Conexión en casos de emergencias por catástrofes:
Instant Network Program es un proyecto que nació hace cuatro años en Madrid, cuando se idearon tres cajas de cinco kilos que permitían conectar a la red en zonas que hubieran sufrido desastres naturales, como terremotos o ciclones. «Es de las primeras cosas que pasan cuando hay una catástrofe, las redes, las antenas de telefonía caen, así resulta muy difícil coordinar a los equipos de emergencias, tanto para comunicarse entre ellos como para conocer cómo está el terreno».
Este proyecto nació en febrero de 2012 y desde entonces se ha desplegado redes en nueve situaciones: entre ellas, en Filipinas y Nepal. ‘Estuvimos muy cerca de ir a Ecuador con el último terremoto, pero como sólo se afectó una parte del país, pudieron utilizar las redes de la parte que no había sufrido daños’, indica Walton. Ahí empezaron por dar una cobertura 2G que servía casi exclusivamente para llamar o mandar algún mensaje. Las que están operándolo en la actualidad son 3G y están tratando de desarrollar las 4G.
La financiación de Instant Network proviene de la fundación Vodafone. El director explica el cambio que han vivido: «antes solíamos dar cheques para las ONG, hasta que nos dimos cuenta que había algo que podríamos ofrecerles que el dinero no podría comprar: la comunicación y una red de comunicaciones».
Con información de El País