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Retos de los reguladores frente a VoIP

En el desarrollo de voz sobre protocolo de Internet (VoIP, por su sigla en inglés) hay agentes que tienen incentivos a restringir el acceso al servicio o a incurrir en prácticas anticompetitivas, lo cual puede retrasar su crecimiento perjudicando a los usuarios. ¿Qué deben tomar en cuenta los reguladores para impedirlo? 

a) En mercados de acceso a Internet de banda ancha con bajos niveles de competencia, se debe garantizar que dicho acceso sea provisto de forma tal, que los usuarios tengan acceso irrestricto a las aplicaciones y servicios de su elección, incluidos servicios VoIP.

Otorgar el mismo tratamiento a cualquier clase de datos en las redes de banda ancha aumentará la competencia entre datos y aplicaciones sobre las redes de acceso, lo que estimulará la demanda de mayor banda ancha. Al respecto, debe preverse que el ancho de banda de las redes de acceso comercial a Internet deberá ampliarse conforme aumente el ancho de banda demandado por el mercado, y que la demanda de mayores servicios y aplicaciones, incluido VoIP, puede ocasionar problemas de calidad de servicio en horas pico en redes con ancho de banda limitado. Una solución es dar prioridad de ancho de banda a paquetes VoIP en la red.

Dicho tratamiento preferencial de los proveedores de acceso no sería problema si los usuarios tuvieran acceso a proveedores de acceso alternativos ya que, por ejemplo, usuarios insatisfechos pueden cambiar a proveedores de acceso a banda ancha alternativos que permitan acceso con la misma prioridad a todas las aplicaciones y servicios de terceros.

Asimismo, no habría dificultades si algunos proveedores de acceso utilizan tecnologías de monitoreo de tráfico para impedir que algunos usuarios ocupen un gran porcentaje de los recursos de la red o den prioridad al tráfico de usuarios intensivos a cambio de un pago adicional. Al respecto, los consumidores tienen más opciones cuando existe competencia efectiva entre múltiples plataformas como líneas digitales conmutadas (DSL, por su sigla en inglés) y cable.

b) La desagregación del bucle de abonado local (LLU, por su sigla en inglés), en este caso, al obligar a la empresa establecida a arrendar a los competidores la capacidad de proveer servicios de banda ancha al usuario, puede ser una herramienta efectiva para suministrar acceso de banda ancha local al mayoreo a costo a los proveedores de servicios alternativos, en casos donde la competencia entre diferentes plataformas esté ausente o no sea eficiente.

Al respecto, en algunos casos los operadores de telefonía establecidos ofrecen servicios empaquetados que forzan a los usuarios a comprar acceso a Internet vía DSL y servicios análogos de voz ofrecidos a través de la misma línea. Esto puede desincentivar que los usuarios utilicen otras aplicaciones VoIP. Sin embargo, operadores competitivos ofreciendo productos LLU de la empresa establecida, podrían permitir que se ofrezcan servicios de acceso a Internet DSL sin atarlos a servicios análogos de voz (naked DSL, por su sigla en inglés), a fin de atraer a los usuarios.

Asimismo, existe el riesgo de que los operadores traten de controlar a los usuarios promoviendo servicios empaquetados a través de los cada vez más abundantes accesos domésticos. Estos son equipos que conectan una red doméstica con una red de cobertura amplia (WAN, por su sigla en inglés) o con Internet, que permiten que todas las computadoras de la red compartan una misma dirección de Internet Protocol (IP) o una conexión de Internet y que tienen capacidad de ruteo.

Debido a lo anterior, una solución posible para asegurar la libre elección de los usuarios en presencia de servicios atados, no es obligar regulatoriamente a que los operadores separen los servicios de acceso DSL de los servicios de voz análogos, sino aumentar el grado de competencia en el mercado de acceso de banda ancha a través de LLU, de forma tal que los operadores de acceso ofrezcan, de forma voluntaria, naked DSL.

Fuente: El Economista, Fernando Butler Silva, Presidente del Colegio Nacional de Economistas