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Rezago de México en banda ancha

La pregunta medular para los reguladores de telecomunicaciones es ¿cómo generar la inversión necesaria para actualizar tecnológicamente la infraestructura existente, desplegando redes de nueva generación y manteniendo un ambiente de competencia que beneficie a los consumidores?

Al respecto, los economistas afirman que la estructura industrial de un mercado determina su comportamiento competitivo y su capacidad de adopción e innovación tecnológica.

En lo que respecta a los mercados de banda ancha, en la actualidad, se observan tres estructuras industriales. La estructura 2.5, donde operadores líderes de TV por cable que suministran sus servicios a través de cable coaxial y los de telecomunicaciones proporcionan acceso mediante las tecnologías Digital Subscriber Line (DSL) y fibra óptica. Asimismo, otros operadores con presencia limitada suministran banda ancha a través de medios inalámbricos y otros.

Por otro lado, existen estructuras 1.5, en donde operadores de telecomunicaciones proporcionan servicios fundamentalmente mediante DSL y, en algunos nichos de mercado, otros lo hacen mediante tecnología inalámbrica o cable. Asimismo, en países menos desarrollados, se observan estructuras 0.5, en las cuales operadores de telecomunicaciones, con cobertura restringida, proporcionan acceso mediante DSL.

En países con estructuras 2.5 existe mayor dinamismo, menores precios a los consumidores e inversionistas que toman mayores riesgos. Esta estructura permite niveles superiores de competencia entre grandes empresas y garantiza menor capacidad por parte de las compañías propietarias de plataformas para bloquear contenidos y aplicaciones de empresas rivales y, al mismo tiempo, niveles adecuados de rentabilidad. Todo esto permite minimizar la presencia del regulador.

Sin embargo, la situación difiere en los países con estructuras industriales 1.5 y 0.5. En estructuras 0.5, los gobiernos deben preocuparse por introducir apoyos a la inversión e incluso fuertes requisitos de despliegue de infraestructura. Asimismo, en las estructuras 1.5, el regulador debe intervenir con mayor fuerza y proteger un ambiente de acceso abierto.

Los economistas William Taylor y Eli Noam indican que la evidencia empírica apoya que una estructura 2.5 y la introducción de un modelo de competencia con infraestructura propia, es lo que permite el mayor incremento de cobertura de banda ancha y una mayor inversión en conectividad de súper banda ancha, es decir, en accesos de fibra óptica y cable coaxial.

Por ejemplo, en lo que respecta al despliegue Fiber to the Home, el cual mediante P2P o redes ópticas pasivas conecta las casas de los usuarios, en el 2007, 2.14 millones de familias estadounidenses ya contaban con una conexión de fibra óptica, mientras que los hogares que podían solicitarla eran 9.55 millones, lo que representa un incremento de 112% respecto de lo observado en el 2006, superior a 55 y 35% reportado por Japón y Europa, respectivamente.

De los 10 países que contaban con mayor despliegue de accesos de súper banda ancha, nueve eran países con estructuras 2.5, es decir, países con una fuerte presencia de los operadores de TV Cable.

México, debido a la gran penetración que tienen los concesionarios de cable en el mercado de accesos de banda ancha, donde Telmex tiene una participación de 58.9% y los operadores de cable 32.2%, es un candidato natural a adoptar un modelo de competencia con infraestructura propia, consolidando una estructura industrial 2.5 y permitiendo que el país, en un plazo razonable, sea parte de los líderes internacionales en cobertura de banda ancha.

Fuente: El Economista, Fernando Butler Silva, México